ovarios poliquísticos

VALIDAR Síndrome de Ovarios Poliquísticos: cuando la ovulación se pone en modo “dificultar el embarazo”, pero no en “imposible”

Síndrome de Ovarios Poliquísticos: cuando la ovulación se pone en modo “dificultar el embarazo”, pero no en “imposible”

El síndrome de ovarios poliquísticos puede convertir la ovulación en un proceso irregular y, sí, también puede dificultar la gestación en muchas mujeres que lo padecen. Pero esto no significa cierre definitivo: con una combinación de alimentación equilibrada, actividad física y el tratamiento adecuado, los síntomas pueden controlarse y las probabilidades de embarazo siguen ahí, vivitas y coleando.

Este trastorno hormonal altera la forma en que funcionan los ovarios y los niveles de ciertas hormonas, y suele venir acompañado de quistes ováricos. El resultado: ciclos irregulares, dificultad para concebir y, en algunos casos, dolor abdominal. Nada de esto implica que no haya opciones; implica, simplemente, entender qué está pasando.

 

Qué es el síndrome de Ovarios Poliquísticos

El síndrome de ovarios poliquísticos (SOP) es un trastorno hormonal que afecta a las mujeres en edad reproductiva. Las mujeres con SOP tienen niveles elevados de andrógenos (hormonas masculinas) y presentan unos síntomas típicos como acné, vello facial, ovulación irregular y, a veces, obesidad y los problemas menstruales irregulares o ausentes. Aunque el SOP es un trastorno hormonal benigno, puede llevar a complicaciones como infertilidad o diabetes.

El síndrome de ovarios poliquísticos (SOP) afecta a aproximadamente el 5-10 % de las mujeres en edad fértil. Aunque los síntomas del SOP pueden ser muy variados, también se asocia con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, hipertensión arterial y enfermedades del corazón. Por esta razón, es importante que las mujeres con este trastorno reciban atención médica adecuada.

El síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP) perjudica fundamentalmente a la fertilidad de la mujer. Este trastorno es la causa más habitual de irregularidades en la ovulación y puede ocasionar infertilidad en las mujeres que lo sufren. No obstante, esto no significa que las mujeres con SO no logren conseguir un embarazo con el apoyo de tratamientos reproductivos en las situaciones más graves.

Obesidad, bajo control

La obesidad y el síndrome de ovarios poliquísticos son dos componentes que por separado se relacionan con la infertilidad. Por consiguiente, si se presentan juntos, las complicaciones para alcanzar un embarazo se multiplican. Adicionalmente, a nivel metabólico el síndrome de Ovarios Poliquísticos sobresale por la resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia. Por consiguiente, las mujeres que lo padecen tienen más probabilidades de padecer adversidades en la gestación como la diabetes gestacional. Por ello, el primer consejo antes de buscar embarazo en una mujer con SOP es adelgazar.

Síntomas comunes del síndrome de Ovarios Poliquísticos

Los síntomas más frecuentes del SOP son los siguientes:

1- Ciclos menstruales no regulares

En un 90 % de los casos se producen alteraciones menstruales como la oligomenorrea (menstruaciones poco frecuentes, con ciclos que superan los 45 días).
La amenorrea (ausencia de regla) aparece en un 40 % de los casos a causa de una anovulación crónica.

2- Crecimiento de vello (Hirsutismo)

En mujeres con ovario poliquístico, el hiperandrogenismo (presencia excesiva de andrógenos en la mujer) está presente en un 78 % de los casos, alcanzando una incidencia más elevada si hay sobrepeso.
Se caracteriza por un exceso de vello corporal en la mujer (hirsutismo), acné y alopecia.

3- Ovarios Multifoliculares

En los casos de síndrome de ovarios poliquísticos, el ovario produce entre 8 y 12 folículos al mismo tiempo, que no maduran y los óvulos no se liberan, es lo que se conoce como anovulación.

4- Obesidad

Una de las características del síndrome consiste en aparecer en la adolescencia, aunque también puede aparecer más adelante.

 

FAQs | Preguntas frecuentes

A continuación detallamos las principales consultas que realizan las mujeres en España relacionadas con el síndrome de ovario poliquístico.

¿Qué es el síndrome de ovario poliquístico?

El síndrome del ovario poliquístico (SOP) es una afección en la cual una mujer tiene unos niveles muy elevados de hormonas (andrógenos). Se pueden presentar en gran medida inconvenientes como resultado de este incremento en las hormonas, incluyendo: Irregularidades menstruales. Infertilidad.

¿Cuál es la causa del síndrome de ovario poliquístico?

La causa exacta del síndrome de ovario poliquístico es desconocida. El diagnóstico y el tratamiento tempranos junto con la pérdida de peso pueden reducir el riesgo de tener complicaciones a largo plazo, como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.

¿Qué ocurre en el síndrome de ovario poliquístico?

El síndrome de ovario poliquístico (SOP), también conocido como síndrome ovárico poliquístico, es una afección común causada por un desequilibrio de las hormonas reproductivas. Este desequilibrio hormonal genera problemas en los ovarios. Los ovarios son los encargados de producir los óvulos que se desprenden todos los meses como parte de un ciclo menstrual saludable. Si una mujer tiene SOP, el óvulo puede no desarrollarse o no desprenderse durante la ovulación como debería.

El SOP puede causar amenorrea o períodos menstruales irregulares. Los períodos irregulares pueden provocar:

Infertilidad (incapacidad de quedar embarazada). De hecho, el SOP es una de las causas más frecuentes de infertilidad femenina.
Desarrollo de quistes (pequeñas bolsas llenas de líquido) en los ovarios

¿Qué problemas puede causar el síndrome de ovario poliquístico? ¿Cuáles son los signos y los síntomas del síndrome de ovario poliquístico?

Entre los síntomas del SOP, se incluyen:

  • Ciclo menstrual irregular. Las mujeres con SOP pueden sufrir de amenorrea o tener menos períodos de lo normal (menos de ocho al año). También puede pasar que los períodos se den cada 21 días o incluso menos. Algunas mujeres con SOP tienen ausencia del período menstrual.
  • Mucho vello en el rostro, barbilla o partes del cuerpo en donde normalmente los hombres tienen vello. A este fenómeno se lo llama "hirsutismo" y afecta al 70 % de las mujeres con SOP.
  • Acné en el rostro, pecho y parte superior de la espalda
  • Afinamiento capilar o caída del cabello; calvicie de patrón masculino
  • Aumento de peso o dificultad para bajar de peso
  • Oscurecimiento de la piel, particularmente en los pliegues del cuello, en la ingle y debajo de los senos
  • Papilomas cutáneos, que son pequeños bultos de piel en las axilas o en el área del cuello

¿Cómo se diagnostica del síndrome de ovario poliquístico?

El diagnóstico del síndrome de ovarios poliquísticos (SOP) no se basa en un único examen, sino en una combinación de criterios clínicos, analíticos y ecográficos. El médico evalúa el conjunto de signos, síntomas y resultados de pruebas para confirmar si realmente se trata de un SOP o de otra alteración hormonal con síntomas parecidos.

1. Historia clínica y exploración física
El primer paso es una entrevista detallada para conocer los antecedentes personales y familiares de la paciente, la regularidad de sus ciclos menstruales y la presencia de síntomas como acné, caída de cabello o crecimiento excesivo de vello.
Durante la exploración física, se registran medidas corporales (peso, talla, índice de masa corporal, perímetro de cintura) y se observan signos clínicos de exceso de andrógenos o resistencia a la insulina, como oscurecimiento en los pliegues de la piel.

2. Analítica hormonal y metabólica
Mediante un análisis de sangre, se estudian los niveles de diferentes hormonas reproductivas —como LH, FSH, estrógenos, progesterona y testosterona— y metabólicas (insulina, glucosa). Estos valores ayudan a identificar desequilibrios hormonales y descartar otras causas posibles, como el hipotiroidismo o la hiperplasia suprarrenal.

3. Ecografía transvaginal
Es una de las pruebas más importantes. Permite evaluar el tamaño y aspecto de los ovarios y comprobar si hay un número elevado de folículos sin madurar (común en el SOP). No obstante, la presencia de quistes por sí sola no confirma el diagnóstico: se considera uno de los criterios junto con la anovulación y el exceso de andrógenos.

4. Criterios diagnósticos
Actualmente, se emplean los criterios de Rotterdam, que establecen el diagnóstico del SOP cuando se cumplen al menos dos de los tres siguientes puntos:

  • Irregularidades ovulatorias (ciclos largos o ausencia de ovulación).

  • Signos clínicos o analíticos de exceso de andrógenos.

  • Presencia de ovarios con morfología poliquística en la ecografía.

El diagnóstico del SOP requiere una visión integral que combine síntomas, análisis y pruebas de imagen. Identificar el origen hormonal de los síntomas es esencial para diseñar un tratamiento personalizado y prevenir complicaciones metabólicas o reproductivas a largo plazo.

Ovarios poliquísticos y embarazo: ¿tener ovarios poliquísticos dificulta la reproducción?

El síndrome de ovarios poliquísticos (SOP) es una alteración endocrina que afecta al sistema reproductor de la mujer, lo que genera un desorden en las hormonas sexuales. Por tal razón, alrededor del 75 % de las mujeres que sufren SOP presentan dificultades de fecundidad de diversa complejidad para lograr el embarazo. La causa primordial de esta esterilidad por factor endocrino es la anovulación, o sea, la imposibilidad de expulsar el óvulo maduro a la trompa de Falopio para ser fecundado.

Conclusión

El síndrome de ovarios poliquísticos afecta a la ovulación y puede poner obstáculos a la hora de lograr un embarazo, pero no funciona como un “no rotundo”. Con diagnóstico adecuado, cambios en el estilo de vida y el tratamiento que corresponda, muchas mujeres consiguen gestar. La clave está en identificar la anovulación —la verdadera responsable de la mayoría de los problemas de fertilidad en el SOP— y abordarla con acompañamiento profesional. Entender el trastorno no solo reduce la incertidumbre: también abre camino a soluciones reales.


microbiota vaginal

Microbiota vaginal: la sociedad secreta que te mantiene en equilibrio

Microbiota vaginal: la sociedad secreta que te mantiene en equilibrio

¿Qué es exactamente la microbiota vaginal?

Dentro de ti vive una comunidad que no pide vacaciones ni aparece en la nómina: la microbiota vaginal. Miles de millones de bacterias que trabajan en turnos continuos para mantener tu equilibrio íntimo y decirle “no, gracias” a las infecciones.

Durante años se le llamó “flora vaginal”, pero el término se quedó corto. “Microbiota” es más preciso: son los organismos vivos que habitan allí. Si además hablamos de su ADN y cómo interactúan con tu cuerpo, entonces nos referimos al microbioma. En resumen: la microbiota es quiénes son, el microbioma es todo lo que hacen.

Este ecosistema no es estático: cambia contigo. Tu edad, tu ciclo, el embarazo, los anticonceptivos o incluso una época de estrés pueden modificarlo. Por eso cada mujer tiene su propio equilibrio íntimo: tan único como su huella dactilar.

¿Quién manda en esa pequeña comunidad?

Las verdaderas estrellas del ecosistema íntimo son los Lactobacillus. Piensa en ellas como las porteras del edificio: controlan quién entra, quién sale y se aseguran de que el ambiente siga siendo saludable. Su función: mantener el pH en valores saludables, producir ácido láctico y crear un entorno tan ácido que los microorganismos no deseados prefieren buscar otro lugar donde vivir.

Cuando todo está en calma, estas bacterias trabajan en silencio, sin pedir reconocimiento. Pero si el equilibrio se altera —un antibiótico, un cambio hormonal o ese exceso de limpieza que suena bien pero no lo es—, el vecindario se desordena. Y ahí empieza la disbiosis: cuando las bacterias “okupas” toman el control. Y esto puede abrir la puerta a molestias como la vaginosis bacteriana o la candidiasis.

Cada especie bacteriana tiene su papel: algunas protegen, otras regulan y otras reparan. Conocerlas ayuda a entender cómo mantener ese ecosistema en armonía —y por qué cuidarlo es tan importante como cuidar tu piel o tu digestión.

Las bacterias “buenas” de la vagina no aparecen por arte de magia: muchas viajan desde el intestino, colonizan el entorno y lo mantienen protegido. Así que sí, tu salud intestinal y tu salud íntima están mucho más conectadas de lo que parece. Lo que pasa en tu intestino no se queda en tu intestino. Muchas de las bacterias “buenas” hacen mudanza hacia la vagina, formando una red de apoyo más eficaz que cualquier grupo de WhatsApp familiar.

 

Composición microbiana y tipos de bacterias

La microbiota vaginal está compuesta principalmente por bacterias, siendo los lactobacilos la bacteria predominante en una vagina sana y representando entre el 70% y el 95% del total de microorganismos presentes. Las especies más importantes dentro del género Lactobacillus incluyen Lactobacillus crispatus, L. gasseri, L. jensenii y L. iners. Además, los géneros bacterianos más comunes en la microbiota vaginal son Lactobacillus, Streptococcus, Staphylococcus y anaerobios como Prevotella y Atopobium. También se encuentran en menor proporción otras especies de bacterias como Streptococcus, Staphylococcus epidermidis, y anaerobios como Prevotella y Atopobium. Esta baja diversidad de géneros bacterianos, lejos de ser perjudicial, es señal de equilibrio y salud vaginal.

Estados comunitarios (CST) de la microbiota vaginal

Los estudios científicos han clasificado la microbiota vaginal en cinco tipos de comunidades o estados comunitarios (CST), que representan diferentes microbiomas vaginales asociados a diversas condiciones de salud:

  • CST I, II, III y V: Dominados respectivamente por L. crispatus, L. gasseri, L. iners y L. jensenii. Estos tipos se consideran saludables y proporcionan protección óptima.
  • CST IV: Caracterizado por una mayor diversidad bacteriana y menor presencia de lactobacilos. Este tipo de microbioma se asocia con la condición de disbiosis e infecciones, aumentando el riesgo de problemas ginecológicos.

Factores que influyen en la composición de la microbiota

El equilibrio de la microbiota vaginal depende de más de un factor, incluyendo factores fisiológicos, hormonales, externos, genéticos y étnicos:

Factores fisiológicos y hormonales: Los cambios durante el ciclo menstrual, el embarazo, el postparto y la menopausia modifican significativamente su composición. Los estrógenos promueven la producción de glucógeno en el epitelio vaginal, que sirve de alimento a los lactobacilos.

Factores externos: El uso de antibióticos de amplio espectro, anticonceptivos hormonales, productos de higiene inadecuados, duchas vaginales, el estrés crónico y una alimentación desequilibrada pueden alterar el pH vaginal y reducir las bacterias protectoras.

Factores genéticos y étnicos: La composición de la microbiota vaginal puede tener un componente genético y variar según la etnia de la mujer.

El pH vaginal: clave del equilibrio

En el universo vaginal, el pH lo es todo. Entre 3.8 y 4.5 se alcanza la armonía perfecta: lo bastante ácido para mantener alejados a los intrusos, lo bastante equilibrado para que tú ni lo notes. Este ambiente ácido es creado principalmente por la producción de ácido láctico de los lactobacilos y resulta esencial para inhibir el crecimiento de microorganismos patógenos. La función del pH adecuado es mantener el equilibrio de la microbiota vaginal, favoreciendo la protección frente a infecciones y contribuyendo a la homeostasis del sistema.

Funciones de la microbiota vaginal

La microbiota vaginal juega un papel fundamental en el desarrollo de la salud ginecológica y reproductiva, influyendo en distintas etapas de la vida de la mujer. Las alteraciones en la microbiota vaginal pueden contribuir al desarrollo de enfermedad inflamatoria, metabólica o incluso cáncer, afectando la salud general de la mujer.

La microbiota vaginal desempeña tres funciones esenciales para la salud femenina:

Protección contra patógenos

Los lactobacilos forman una biopelícula protectora que cubre los receptores de las células epiteliales, bloqueando la adhesión de microorganismos patógenos. Además, producen agentes antimicrobianos, como bacteriocinas y peróxido de hidrógeno (H₂O₂), especialmente las especies L. crispatus y L. jensenii, que inhiben el crecimiento de gérmenes como Gardnerella vaginalis, Escherichia coli y el gonococo.

Regulación del pH vaginal

Mediante la fermentación del glucógeno, los lactobacilos producen grandes cantidades de ácido láctico que mantienen un pH vaginal ácido (alrededor de 4.0), creando un ambiente hostil para la mayoría de patógenos.

Estimulación del sistema inmune

Los lactobacilos colaboran con el sistema inmunitario fortaleciendo la barrera epitelial, mejorando la producción de moco vaginal y modulando las respuestas inflamatorias. Aproximadamente el 70% de las células inmunitarias del cuerpo se encuentran en el intestino, y existe una estrecha comunicación entre la microbiota intestinal y vaginal, actuando como sistemas funcionales interconectados que influyen en la inmunidad general y en otros sistemas del cuerpo, como el metabólico y el neurológico.

Evolución de la microbiota vaginal a lo largo de la vida

Nacimiento y primera infancia

Al nacer, las niñas reciben estímulos de las hormonas maternas a través de la placenta y adquieren lactobacilos durante el paso por el canal del parto, colonizando inicialmente su vagina. Esta colonización puede ser estudiada mediante el análisis de una muestra de exudado vaginal, que permite identificar la composición inicial de la microbiota vaginal en las recién nacidas.

Etapa premenárquica

En las niñas premenárquicas, el sistema endocrino está en reposo. La vagina presenta una mucosa fina, poco húmeda y con escasos nutrientes. En esta etapa, la microbiota es resultado de la contaminación desde la piel y el intestino, con un pH cercano a neutro.

Pubertad y edad fértil

Con la producción de estrógenos durante la pubertad, el epitelio vaginal aumenta su grosor y secreta un exudado rico en glucógeno que facilita la colonización por lactobacilos. Durante la edad reproductiva se mantiene un predominio estable de Lactobacillus y un pH ácido, con fluctuaciones durante el ciclo menstrual. La descarga menstrual tiene un pH neutro que puede favorecer temporalmente el crecimiento de otras bacterias, lo que en algunos casos puede dar lugar a un cuadro clínico caracterizado por alteraciones en la microbiota vaginal, como ocurre en la disbiosis vaginal o la vaginosis bacteriana. La bacterial vaginosis es una condición de disbiosis que puede influir negativamente en la fertilidad y en los resultados de tratamientos de reproducción asistida.

Embarazo

Durante el embarazo, la microbiota vaginal experimenta cambios significativos: se reduce la diversidad bacteriana y aumenta la abundancia de lactobacilos, especialmente L. crispatus. Esta modificación es un mecanismo de protección natural cuya eficacia se ha evaluado en medida de la reducción del riesgo de infecciones, partos prematuros, ruptura prematura de membranas y bajo peso al nacer. Las tasas de colonización por Candida también aumentan hasta un 28% debido a los cambios hormonales.

Menopausia

La caída de los niveles de estrógenos durante la menopausia provoca una reducción drástica de los lactobacilos y una elevación del pH vaginal hacia niveles neutros. Esto aumenta significativamente el riesgo de infecciones, sequedad vaginal, irritaciones y molestias urogenitales.

Desequilibrios de la microbiota vaginal

Vaginosis bacteriana

Características y prevalencia

La vaginosis bacteriana es la alteración de la microbiota vaginal más frecuente en mujeres en edad reproductiva. Se caracteriza por una disminución significativa de lactobacilos y una proliferación excesiva de bacterias anaerobias.

Causas y bacterias implicadas

Este desequilibrio ocurre cuando bacterias anaerobias como Gardnerella vaginalis, Prevotella, Mobiluncus, Peptostreptococcus, Mycoplasma hominis y Ureaplasma aumentan su concentración entre 10 y 100 veces, reemplazando a los lactobacilos protectores.

Los factores de riesgo incluyen tener múltiples parejas sexuales o una nueva pareja sexual, duchas vaginales, ausencia natural de lactobacilos, uso de antibióticos, cambios hormonales y hábitos de higiene inadecuados.

Síntomas

Los síntomas característicos son flujo vaginal abundante, de color grisáceo o amarillo verdoso, con un olor desagradable a pescado que se intensifica tras las relaciones sexuales. Sin embargo, muchas mujeres pueden ser asintomáticas.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en los criterios clínicos de Amsel y la escala de Nugent, que cuantifica los microorganismos presentes en la muestra de frotis vaginal. La muestra es fundamental para identificar la composición microbiológica y determinar si más del 70% está compuesta por lactobacilos, lo que representa la microbiota vaginal normal.

Complicaciones y riesgos

La vaginosis bacteriana no tratada puede provocar complicaciones ginecológicas postquirúrgicas, aumentar el riesgo de adquirir infecciones de transmisión sexual (gonorrea, clamidia, VIH), y durante el embarazo puede causar parto prematuro, aborto espontáneo, bajo peso al nacer y ruptura prematura de membranas.

Candidiasis vulvovaginal

Frecuencia y causas

La candidiasis vulvovaginal es una infección fúngica extremadamente común que afecta hasta al 75% de las mujeres al menos una vez en su vida. Aproximadamente el 5-8% de las mujeres experimentan candidiasis recurrente (4 o más episodios al año).

Principales especies de Candida

Candida albicans es responsable del 85-90% de los casos. La identificación de las especies de Candida se realiza a partir de muestras clínicas, lo que permite detectar otras especies como C. glabrata, C. tropicalis, C. parapsilosis y C. krusei, que pueden causar infecciones más difíciles de tratar.

Síntomas característicos

Los síntomas incluyen picor intenso, ardor, enrojecimiento vulvar, flujo vaginal espeso y blanquecino similar al requesón, sin mal olor, y dolor durante las relaciones sexuales o al orinar.

Factores de riesgo

Los principales factores que favorecen la candidiasis son el uso de antibióticos de amplio espectro que eliminan los lactobacilos protectores, embarazo y niveles elevados de estrógenos, diabetes mellitus mal controlada, uso de anticonceptivos hormonales o terapia de reemplazo hormonal, sistema inmunitario debilitado, estrés crónico, higiene íntima inadecuada o uso excesivo de duchas vaginales, ropa ajustada o de materiales no transpirables, y colonización intestinal por Candida que migra a la vagina.

Tratamiento

El tratamiento más común consiste en antifúngicos azólicos administrados por vía tópica u oral. Es importante tener en cuenta los posibles efectos secundarios de estos medicamentos, como irritación local, molestias gastrointestinales o reacciones alérgicas. En casos de candidiasis recurrente, se recomienda un tratamiento inicial intensivo seguido de terapia de mantenimiento prolongada de 3 a 6 meses.

Prevención

Es fundamental actuar sobre los factores de riesgo, evitar el uso innecesario de antibióticos, mantener un buen control glucémico en diabéticas, usar ropa interior de algodón, evitar la humedad prolongada y complementar con probióticos específicos.

La elección de un probiótico adecuado puede ser clave para prevenir infecciones vaginales recurrentes y mantener el equilibrio de la microbiota vaginal.

Infecciones urinarias recurrentes

Las infecciones del tracto urinario son significativamente más frecuentes en mujeres que en hombres y se consideran recurrentes cuando ocurren 3 episodios en un año o 2 episodios en 6 meses.

La mayoría son causadas por Escherichia coli procedente del intestino, aunque también pueden ser provocadas por otras bacterias. Existe una estrecha relación entre la microbiota intestinal, especialmente la del tracto gastrointestinal, la vaginal y la urinaria a través del eje intestino-vejiga.

Las mujeres con infecciones urinarias recurrentes suelen presentar disbiosis intestinal, mayor permeabilidad intestinal, sintomatología digestiva y mayor colonización vaginal por uropatógenos que se adhieren más fácilmente a las células epiteliales.

Infecciones de transmisión sexual y virus del papiloma humano (VPH)

Una microbiota vaginal saludable con predominio de Lactobacillus crispatus, L. jensenii y L. gasseri protege contra la contracción de infecciones de transmisión sexual, incluido el VPH. Por el contrario, una microbiota disbiótica con predominio de Gardnerella, Ureaplasma o Candida aumenta el riesgo de adquirir VPH y empeora su evolución hacia lesiones precancerosas.

Cómo mantener una microbiota vaginal saludable

Hábitos de higiene íntimos adecuados

Productos de limpieza

Utilizar geles íntimos con pH adecuado a cada etapa de la vida:

  • Edad fértil: pH ácido entre 3.5 y 5.5 para mantener el ambiente protector.
  • Niñas y mujeres postmenopáusicas: pH neutro debido a la menor producción de estrógenos.
  • Durante infecciones: productos con pH ligeramente alcalino pueden aliviar irritaciones causadas por pH excesivamente ácido.

Los productos deben ser suaves, sin fragancias intensas, sin parabenos ni sulfatos, hipoalergénicos y dermatológicamente probados. Ingredientes beneficiosos incluyen ácido láctico, lactosérum, aloe vera, manzanilla y prebióticos.

Prácticas de higiene diaria

  • Evitar duchas vaginales que eliminan las bacterias protectoras y alteran el pH natural.
  • Limpiarse de adelante hacia atrás después de orinar o defecar para evitar contaminación fecal.
  • No usar productos perfumados, baños de burbujas, jabones irritantes ni desodorantes íntimos.
  • Secarse bien la zona genital tras el lavado o la ducha.
  • Usar ropa interior de algodón y evitar prendas ajustadas o de materiales sintéticos que no transpiran.
  • No permanecer con ropa húmeda más tiempo del necesario.
  • Cambiar regularmente compresas, tampones o copas menstruales.
  • Orinar después de las relaciones sexuales para eliminar posibles bacterias.

Alimentación y estilo de vida para fortalecer la microbiota

Alimentos probióticos naturales

Consumir regularmente alimentos ricos en probióticos que favorecen el equilibrio de la microbiota intestinal y vaginal:

  • Yogur natural sin azúcar y kéfir.
  • Chucrut y otros vegetales fermentados.
  • Miso, tempeh y alimentos fermentados tradicionales.
  • Encurtidos naturales sin vinagre industrial.

Alimentos prebióticos: fibra que alimenta las bacterias beneficiosas

Los prebióticos son fibras no digeribles que sirven de alimento a las bacterias beneficiosas:

  • Cereales integrales como avena, cebada y quinoa.
  • Ajo, cebolla, puerros y espárragos.
  • Plátanos y frutas con pectina.
  • Legumbres y frutos secos con moderación.

Alimentos ricos en nutrientes esenciales

Omega-3 con propiedades antiinflamatorias: pescados azules, semillas de lino, chía y nueces.

Zinc para el sistema inmunitario: almendras, nueces, semillas de calabaza, pollo y pavo.

Vitaminas C y E antioxidantes: naranjas, kiwis, pimientos y frutos secos.

Betaína, presente en remolacha, marisco y espinacas, con potencial beneficio para prevenir vaginosis.

Arándanos rojos que estimulan el crecimiento de microorganismos protectores y previenen infecciones urinarias.

Fitoestrógenos como la soja, útiles para la maduración celular, especialmente durante la menopausia.

Alimentos y hábitos a evitar

  • Azúcares refinados y carbohidratos simples.
  • Alcohol y exceso de café.
  • Alimentos ultraprocesados.
  • Exceso de frutas muy dulces.
  • Lácteos con azúcares añadidos.

Hidratación adecuada

Beber entre 1.5 y 2 litros de agua al día es fundamental para la mucosa vaginal y mantener un pH equilibrado.

Ejercicio, descanso y manejo del estrés

El estrés crónico deprime el sistema inmunitario y perjudica la microbiota vaginal.

Es esencial practicar actividad física regular, tener sueño adecuado y usar técnicas de relajación.

Uso de probióticos vaginales

Indicaciones y beneficios

Los probióticos vaginales contienen cepas específicas de lactobacilos que ayudan a restaurar y mantener el equilibrio de la microbiota vaginal. Son útiles como coadyuvantes en el tratamiento y prevención de vaginosis bacteriana, candidiasis, infecciones urinarias recurrentes y disbiosis vaginal.

Cepas probióticas efectivas

Cepas como Lactobacillus rhamnosus GR-1, L. reuteri RC-14, L. crispatus, L. gasseri, L. plantarum y L. fermentum han demostrado eficacia clínica.

Dosis y duración

La administración puede ser oral o vaginal, durante aproximadamente 10 días como coadyuvantes o hasta varios meses para prevención de recurrencias, sin efectos adversos.

Microbiota vaginal y fertilidad

La microbiota vaginal saludable es crucial para la fertilidad y un embarazo sin complicaciones. El útero posee microbiota propia que influye en las probabilidades de embarazo, especialmente en técnicas de reproducción asistida. Un ecosistema vaginal equilibrado previene infecciones y contribuye al bienestar reproductivo.

Relación entre microbiota intestinal, vaginal y salud general

Existe una comunicación entre la microbiota intestinal y vaginal a través del eje intestino-vagina-vejiga. Esta interacción forma parte del complejo microbioma humano, donde los diferentes microbiomas, como el intestinal y el vaginal, se relacionan y afectan la salud general. Una disbiosis intestinal puede conducir a infecciones genitourinarias recurrentes, sintomatología digestiva y problemas inmunológicos, reforzando la importancia de cuidar ambas microbiotas con hábitos saludables.

 

Refuerzos oficiales del vecindario íntimo

Cuando tu microbiota pide ayuda —por antibióticos, estrés o ese “no sé qué” hormonal que lo revuelve todo—, hay dos aliados de laboratorio con vocación de comunidad que pueden ayudarla a recuperar el equilibrio sin montar un drama.

Actifemme® Óptima: equilibrio desde dentro

microbiota vaginalActifemme® Óptima es el apoyo interno de la comunidad bacteriana: un complemento alimenticio con tres cepas probióticas —Lacticaseibacillus rhamnosus LRH020, Bifidobacterium animalis subsp. lactis BL050 y Lactiplantibacillus plantarum PBS067— y vitamina B2, diseñadas para restaurar y mantener el equilibrio natural de la microbiota vaginal. Su fórmula actúa como una red coordinada que llega primero al intestino y, desde allí, envía refuerzos a la vagina, manteniendo la comunicación entre ambos ecosistemas como un “servicio de transporte interbacteriano” perfectamente sincronizado.

Gracias a la acción combinada de sus cepas activas, ayuda a bloquear la entrada de bacterias dañinas, calmar la inflamación y reforzar la presencia de bacterias beneficiosas tanto en la vagina como en el intestino. Además, contribuye a mantener el pH vaginal en su rango natural, creando un entorno que protege frente a nuevas infecciones. Es un aliado eficaz para cuidar la salud íntima desde dentro cada día: ayuda a frenar el crecimiento de las bacterias que causan infecciones vaginales, mejora los síntomas de la vaginosis bacteriana y potencia el efecto de los tratamientos antibióticos.

Su acción antiinflamatoria reduce el malestar, previene la reaparición de infecciones y favorece la recuperación del equilibrio de la microbiota. Ideal en épocas de disbiosis, tras tratamientos con antibióticos o como mantenimiento para conservar la calma del ecosistema íntimo. Además, es apto para veganas, embarazo y lactancia, y compatible con antibióticos.

En otras palabras: es como mandar a tus bacterias buenas de vacaciones… pero a un resort con probióticos.

Actifemme® Íntimo Alcalino pH 8: alivio desde fuera

microbiota vaginalCuando el ambiente se vuelve demasiado ácido o la Cándida altera el equilibrio, Actifemme® Gel Íntimo Alcalino pH 8 es el refuerzo externo que devuelve la calma. Este gel de higiene íntima, formulado con un pH 8 y activos de origen vegetal, ayuda a calmar el picor, el escozor y las irritaciones causadas por infecciones por hongos. Su composición combina aceite de árbol de té y extracto de hoja de olivo, conocidos por sus propiedades antifúngicas, antiinflamatorias y calmantes, junto con ácido láctico, aloe vera y bisabolol, que protegen e hidratan la piel más delicada mientras previenen la proliferación de la Cándida.

Más que un limpiador, es un gesto de alivio y protección: limpia con suavidad sin alterar el equilibrio, alivia el malestar y aporta una sensación inmediata de confort. Puede usarse a diario durante el episodio de infección, y su fórmula respetuosa está testada ginecológica y dermatológicamente. En resumen, un kit de primeros auxilios del vecindario íntimo que ayuda a tu microbiota vaginal a reorganizarse sin prisa… y sin picores.

Conclusión

La microbiota vaginal es mucho más que una cuestión íntima: es una aliada esencial de la salud femenina. Cuando los microbiomas —en la zona íntima y en el resto del cuerpo— están en equilibrio, todo funciona mejor: el sistema inmune, el metabolismo y nuestro bienestar diario.

Ese equilibrio no se consigue con fórmulas mágicas, sino con hábitos que suman: una higiene suave y respetuosa, una alimentación rica en probióticos y nutrientes, menos estrés y, cuando hace falta, el apoyo de probióticos específicos que ayuden a recuperar la armonía.

Cuidar tu microbiota protege contra infecciones, mejora la fertilidad, favorece embarazos saludables y contribuye al bienestar en todas las etapas de la vida de la mujer. Mantener este pequeño ecosistema feliz significa menos infecciones, más bienestar y una salud íntima que funciona como debe: sin dramas ni sobresaltos.


terapia hormonal de la menopausia

Terapia hormonal de la menopausia: la ciencia que devuelve el equilibrio (y el sueño)

Terapia hormonal de la menopausia: la ciencia que devuelve el equilibrio (y el sueño)

Ocho de cada diez mujeres tienen sofocos o sudores nocturnos al llegar a la menopausia.
Y más de un tercio los describe como “moderados” o “intensos”, lo que se traduce en noches cortas, cansancio y un humor algo cambiante.

En España, la menopausia suele presentarse entre los 50 y 51 años, y con ella llegan cambios físicos y emocionales que pueden afectar el bienestar diario.
La terapia hormonal de la menopausia (THM) se plantea como una opción eficaz para quienes buscan aliviar los síntomas, mejorar su calidad de vida y, además, proteger la salud ósea.

Eso sí: aunque es un tratamiento probado y eficaz, requiere criterio y seguimiento médico.
La THM es segura cuando se administra correctamente, pero conviene conocer sus beneficios, sus límites y las consideraciones que cada mujer debe tener en cuenta antes de empezar.

En las próximas líneas encontrarás qué es la terapia hormonal, los tipos disponibles, los beneficios avalados por la ciencia y los puntos clave que deberías conocer antes de iniciar este tratamiento.

¿Qué es la terapia hormonal de la menopausia?

La THM es uno de los avances más relevantes en el manejo de los síntomas de la menopausia. Su objetivo es sencillo y lógico: reponer las hormonas naturales (estrógeno y progesterona) que disminuyen durante esta etapa, ayudando al cuerpo a recuperar su equilibrio.

Definición y objetivos principales

La THM consiste en la administración de fármacos que sustituyen la función endocrina del ovario de la forma más fisiológica posible. El objetivo principal es restablecer los niveles hormonales para aliviar los síntomas característicos de la menopausia, además de prevenir complicaciones a largo plazo como la osteoporosis.

Los medicamentos utilizados en la THM pueden administrarse de diversas formas:

  • Terapia sistémica: incluye pastillas, parches cutáneos, geles y aerosoles.
  • Terapia local: anillos vaginales, comprimidos o cremas

Diferencia entre THM y THS

Aunque tradicionalmente se conocía como Terapia Hormonal Sustitutiva (THS), actualmente los especialistas prefieren el término terapia hormonal de la menopausia (THM), reservando el término “sustitución” específicamente para casos de insuficiencia ovárica prematura que ocurre antes de los 40 años.

¿Cuándo se recomienda iniciar el tratamiento?

Las sociedades científicas internacionales coinciden en que la THM resulta más beneficiosa cuando se inicia en los siguientes casos:

  • En mujeres menores de 60 años o dentro de los primeros 10 años desde el inicio de la menopausia.
  • En casos de menopausia prematura o insuficiencia ovárica temprana
  • Cuando los síntomas afectan significativamente la calidad de vida

Es fundamental destacar que la terapia hormonal de la menopausia debe iniciarse independientemente de la edad cuando se establezca la indicación médica específica. Sin embargo, el tratamiento requiere una evaluación médica individualizada, considerando el historial médico, personal y familiar de cada mujer.

La duración del tratamiento no tiene limitaciones obligatorias establecidas. No obstante, la FDA recomienda utilizar la THM durante el menor tiempo posible y con la dosis más baja que resulte efectiva para controlar los síntomas.

Los datos recopilados durante las últimas dos décadas confirman que la THM es una terapia segura y eficaz cuando se prescribe adecuadamente. Además de aliviar los síntomas menopáusicos, también ha demostrado beneficios en la prevención de fracturas osteoporóticas y en la mejora del deterioro cognitivo.

Tipos de tratamientos hormonales disponibles

Los tratamientos hormonales disponibles para la menopausia se adaptan a las necesidades específicas de cada mujer. La elección del tipo de terapia depende principalmente de si la paciente conserva o no el útero, además de otros factores médicos individuales.

Terapia con estrógenos

El estrógeno constituye el elemento fundamental en el tratamiento de la menopausia. Esta terapia se recomienda exclusivamente para mujeres a quienes se les ha realizado una histerectomía, pues el uso de estrógenos sin progestágenos aumenta el riesgo de cáncer de endometrio en mujeres con útero.

Los estrógenos más utilizados en España son el estradiol y, en menor medida, los estrógenos equinos conjugados. La dosis habitual de estradiol es de 1 mg/día por vía oral o 0,05 mg/día por vía transdérmica.

Terapia combinada de estrógenos y progesterona

Para mujeres que conservan el útero, se prescribe una terapia combinada que incluya tanto estrógenos como progestágenos. Esta combinación se puede administrar de dos formas:

  • Terapia continua: administración diaria de ambas hormonas
  • Terapia secuencial: estrógenos diarios con adición de progestágenos durante 10-14 días cada mes

La progesterona micronizada se puede administrar por vía oral (200 mg/día durante 12 días/mes en régimen cíclico, o 100 mg/día en régimen continuo).

Formas de administración (oral, transdérmica, vaginal)

Las opciones de administración varían según las necesidades específicas:

Vía sistémica:

  • Oral: Presenta una biodisponibilidad del 5 %
  • Transdérmica: Ofrece una biodisponibilidad superior (35-50 %) y niveles plasmáticos más estables.
  • Gel: Alcanza niveles plasmáticos pico de 70 pg/ml con una biodisponibilidad del 32-50 %

Vía local:

  • Vaginal: Ideal para síntomas específicamente urogenitales, disponible en forma de cremas, anillos o comprimidos

La vía transdérmica presenta ventajas significativas, particularmente en mujeres con hipertensión, hipercolesterolemia o mayor riesgo de colelitiasis. Además, evita el efecto de primer paso hepático, característico de la administración oral.

Beneficios comprobados de la THM

Los estudios científicos han confirmado múltiples beneficios de la terapia hormonal de la menopausia, respaldando su papel fundamental en el manejo de los síntomas menopáusicos y la prevención de complicaciones a largo plazo.

Alivio de los sofocos y sudores nocturnos

La terapia sistémica con estrógenos, administrada sola o en combinación con progestágenos, constituye el tratamiento más efectivo para los síntomas vasomotores. Además de aliviar los sofocos, esta terapia resuelve eficazmente la sequedad vaginal y las relaciones sexuales dolorosas.

Mejora de la salud ósea

El estrógeno sistémico proporciona una protección considerable contra la pérdida ósea que ocurre al inicio de la menopausia. Los estudios han demostrado que la THM:

  • Reduce notablemente el riesgo de fracturas vertebrales y de cadera mientras se mantiene el tratamiento.
  • Incrementa la densidad mineral ósea en todas las localizaciones críticas, incluyendo columna lumbar, cuello femoral y cadera total.
  • Disminuye el riesgo relativo de fracturas totales con un índice de riesgo de 0,70 (IC 95 %: 0,63-0,79)

Efectos positivos en la calidad de vida

Investigaciones recientes han documentado mejoras significativas en la calidad de vida de las mujeres que reciben THM. Un estudio epidemiológico que incluyó a 1.344 mujeres menopáusicas reveló una mejora notable en la puntuación global de calidad de vida. Específicamente:

  • Las pacientes con terapia hormonal mostraron una mejora de 13,62 puntos en la escala de calidad de vida
  • Los dominios psíquico y sexual presentaron mejoras significativas
  • La terapia demostró beneficios adicionales como la reducción del riesgo de diabetes y cáncer colorrectal.

La eficacia del tratamiento puede manifestarse gradualmente, requiriendo hasta tres meses para alcanzar sus efectos completos. Asimismo, los estudios indican que los beneficios de la THM superan considerablemente los riesgos potenciales, especialmente cuando se inicia en mujeres menores de 60 años.

Consideraciones importantes antes de iniciar la terapia hormonal de la menopausia

Antes de comenzar la terapia hormonal de la menopausia, resulta esencial efectuar una evaluación exhaustiva para garantizar su seguridad y eficacia.

Evaluación médica necesaria

La valoración clínica completa constituye el primer paso fundamental. Durante esta evaluación, el especialista debe:

  • Llevar a cabo pruebas diagnósticas específicas para descartar patologías ginecológicas.
  • Evaluar la calidad de vida mediante la escala Cervantes
  • Analizar el historial médico, personal y familiar

Factores de riesgo a considerar

Las contraindicaciones absolutas para los THM incluyen:

Además, existen factores que requieren especial atención:

  • Hipertensión arterial no controlada
  • Patologías de la vesícula biliar.
  • Antecedentes familiares de trombosis

Para mujeres con útero, se recomienda emplear la dosis más baja de estrógenos y progesterona que controle eficazmente los síntomas. En casos de síntomas exclusivamente locales, las cremas o comprimidos vaginales representan la opción más adecuada.

Duración recomendada del tratamiento

La duración óptima del tratamiento varía según las necesidades individuales y el diagnóstico médico que haya realizado:

  • El tiempo debe ser el menor posible, sin superar los 5 años.
  • Se requiere evaluación anual para valorar la necesidad de continuación
  • En casos de síntomas vasomotores y problemas psicológicos, generalmente se administra durante 2-3 años.

Si los síntomas reaparecen tras la suspensión, resulta crucial consultar con el médico para evaluar la posibilidad de reanudar o prolongar el tratamiento. La decisión sobre la duración debe basarse en un balance individualizado entre riesgos y beneficios.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) recomienda utilizar la THM durante el menor tiempo posible y con la dosis más baja que resulte efectiva. Esta recomendación busca maximizar los beneficios mientras se minimizan los posibles riesgos asociados al tratamiento.

Actifemme®  Menescor: la ayuda extra cuando el cuerpo cambia de ritmo

Después de hablar de hormonas, síntomas y tratamientos, hay algo más que merece mención: los complementos que acompañan sin invadir. Actifemme®  Menescor es uno de ellos.

Diseñado para mujeres en perimenopausia y menopausia, este complemento combina ciencia y cuidado en una fórmula que ayuda a aliviar los sofocos, el cansancio muscular y la rigidez articular, al tiempo que apoya la salud ósea y cardiovascular. También contribuye al bienestar cognitivo y al aspecto de la piel, que en esta etapa suele reflejar los cambios internos antes que nadie. Su fórmula combina resveratrol de alta biodispobibilidad (de la marca registrada Veri-te™) y vitamina D₃.

No sustituye a la terapia hormonal ni pretende hacerlo, pero puede sumar equilibrio y bienestar en el día a día. Es una opción pensada para mujeres que quieren sentirse bien de nuevo, desde un lugar natural y basado en evidencia.

En Actifemme® creemos que cuidar el cuerpo en la menopausia no es “luchar contra el tiempo”, sino entender sus nuevos códigos. Y Menescor puede ser una buena forma de empezar a escucharlos.


copa menstrual

Copa menstrual: cuando la sostenibilidad también se mete en tu útero

Copa menstrual: cuando la sostenibilidad también se mete en tu útero

¿Sabías que usamos unas 11.000 compresas y tampones a lo largo de nuestra vida fértil?
Sí, la basura menstrual da para llenar una maleta de cabina cada año. Y no precisamente con souvenirs.

Por suerte, hay formas de hacer las cosas diferente. La copa menstrual no es nueva, pero está viviendo su era dorada. Más que una moda, es una decisión con impacto: menos residuos, menos gastos, más control sobre tu ciclo.

¿Te genera dudas? Bienvenida al club. Cambiar lo de toda la vida (por incómodo que sea) no es cosa de un solo clic. Por eso, esta guía no es solo para “convencerte”, sino para que entiendas cómo funciona, cómo se cuida y por qué podría ser lo que tu menstruación lleva tiempo pidiendo.

¿Lista para dejar de tirar y empezar a elegir? Vamos a eso.

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Impacto ambiental y económico de la copa menstrual

Spoiler: tu ciclo no tiene por qué generar basura ni vaciar tu billetera.

En un mundo que pide a gritos más sostenibilidad (y menos envoltorios de un solo uso), mirar el impacto de lo que usamos cada mes ya no es activismo extremo: es lógica. Por eso, ponemos la lupa sobre la copa menstrual, analizando su efecto real sobre el medioambiente, tu bolsillo y tu cuerpo.

Análisis del ciclo de vida del producto

O lo que pasa cuando haces una inversión inteligente… y te dura una década.

La copa menstrual está hecha, en su mayoría, de silicona médica o látex: materiales duraderos, hipoalergénicos y con baja demanda de recursos. A diferencia de los productos desechables, que necesitan ser fabricados, transportados y tirados cada mes, una copa bien cuidada puede acompañarte durante hasta 10 años. No hay más misterio: lo reutilizable gana por goleada.

Comparación de costos a largo plazo

Tu menstruación puede salirte cara… o simplemente salirte bien.

Te lo ponemos fácil con números. Esto es lo que cuesta sangrar durante una década:

Producto Costo inicial Costo total (10 años)
Copa menstrual 20–30 € 20–30 €
Tampones 4 €/mes ~480 €
Compresas 5 €/mes ~600 €

Sí, esa diferencia de hasta 580 € podría ser un viaje, una bici nueva, o ese abrigo que "ibas a ver si bajaba en rebajas". Tú eliges.

Reducción de residuos menstruales

Tu flujo no debería generar más plástico que tu cocina.

Los datos son claros. Una sola mujer puede generar:
300 productos menstruales desechables al año
150 kg de residuos durante su vida fértil
1.500 toneladas de basura si lo multiplicamos por una ciudad mediana

Con una copa menstrual, esos números se desploman. Su impacto ambiental equivale al 0,4 % de los residuos que generarías usando toallas sanitarias. Y como bonus track, se gasta muchísima menos agua en su fabricación que en la producción constante de tampones y compresas. Tu útero y el planeta, en modo win-win.

Guía completa de uso y adaptación

No es magia. Es anatomía, práctica y un poco de paciencia.

Cambiar a la copa puede dar respeto, sí. Pero el proceso es más sencillo de lo que parece cuando tienes la info correcta. Te lo explicamos paso a paso.

Elección de la talla

Spoiler: no va de “mucho” o “poco flujo”, va de conocerte.

Tu situación Talla sugerida
Menor de 30 y sin partos Talla S
Mayor de 30 o con parto vaginal Talla L
Suelo pélvico fuerte / deportista Considera S

Técnicas de inserción y extracción

Cuerpo limpio, manos limpias, cero drama.

  1. Lava bien tus manos

  2. Dobla la copa (en C o en V)

  3. Busca una posición cómoda (cuclillas, sentada, una pierna en la bañera…)

  4. Inserta la copa en dirección al cóccix

  5. Gira suavemente la base para verificar que se ha abierto y creado el sellado

Período de adaptación: todo empieza con un ciclo (o cuatro)

Lo normal: que no sea perfecto al principio. La adaptación suele tardar unos 3–4 ciclos, y eso está bien. Durante este tiempo, prueba con estos tips:

Practica antes de que empiece tu regla
Usa un protector por si acaso los primeros días
Si cuesta sacarla, respira y relaja el suelo pélvico
Comprueba el vacío tirando con suavidad del tallo

Importante: si al tirar del tallo sientes resistencia, está bien colocada. Si no, reajusta con calma. El cuerpo no es un reloj suizo: necesita que lo escuchen, no que lo apresuren.

Beneficios para la salud íntima

Más allá del reciclaje: tu microbiota también te lo agradece.

A diferencia de los tampones, que absorben (y con eso se llevan también tu humedad natural), la copa menstrual simplemente recoge. Resultado: tu flora vaginal se mantiene en su sitio, el pH no se altera, y la sensación de confort es mucho más constante.

copa menstrual

Y si quieres que tu flora vaginal siga en modo zen incluso durante la regla, puedes reforzarla desde dentro.
Actifemme® Óptima, con su triple acción probiótica, ayuda a mantener el equilibrio de la microbiota vaginal y el pH fisiológico, reduciendo el riesgo de irritaciones o infecciones después del ciclo. Porque cuidar tu zona íntima también puede ser sostenible… y con evidencia científica.

Pero volviendo a la copa menstrual, su silicona médica es biocompatible: no deja residuos, no irrita, no reseca, y no genera microtraumas ni altera el equilibrio de bacterias buenas.

Compatibilidad con actividad física

Tu copa, tus reglas. También en la pista, en la esterilla o en el agua.

La experiencia lo confirma: la copa menstrual no solo aguanta el ritmo, lo acompaña. Con hasta 12 horas de protección continua, es una aliada confiable para cualquier tipo de ejercicio, desde los más suaves hasta los que te dejan sin aliento.

Perfecta para:

  • Deportes acuáticos (natación, submarinismo, ducha de última hora)
  • Actividades de alto impacto (running, crossfit, tenis, lo que sea)
  • Ejercicios de suelo pélvico (hola yoga, hola pilates)
  • Deportes de resistencia (y ciclos intensos)

El secreto está en el efecto vacío: una pequeña succión que mantiene la copa en su sitio, sin importar cuánto saltes, corras o te estires. Así, tu estilo de vida activo no se detiene por una fecha en el calendario.

Mantenimiento y cuidados específicos

Tu copa no es exigente, pero sí agradecida. Cuídala y te durará años.

Establecer una rutina de limpieza sencilla pero eficaz es clave para mantener la copa menstrual en óptimas condiciones. Aquí va una guía práctica, sin complicaciones ni mitos:

Limpieza diaria y esterilización

Durante el ciclo: limpieza básica con agua fría y jabón neutro
Entre usos: enjuague con solo agua fría
Final del ciclo: esterilización, hirviéndola entre 3 y 5 minutos

Tip Actifemme®: Usa siempre agua fría para la limpieza diaria. El agua caliente puede fijar manchas y olores en la silicona. No queremos eso.

Almacenamiento adecuado

Respira tranquila (tu copa también).

Guárdala en un espacio que permita ventilación. La bolsa de algodón que viene con la copa es ideal. Evita:

  • Guardarla en cajas herméticas sin ventilación
  • Dejarla en lugares húmedos (adiós al baño cerrado)
  • Exponerla a la luz solar directa
  • Usar contenedores de plástico para guardarla
  • Guardarla “por si acaso” en cualquier cajón

¿Cuándo toca reemplazarla?

No es eterno, pero casi. Eso sí, hay señales que no se ignoran.

  • Textura extraña (pegajosa, rugosa, demasiado blanda)
  • Grietas, rasgaduras o bordes irregulares
  • Manchas persistentes, aunque la laves como experta
  • Olores que no desaparecen tras hervirla
  • Decoloración extrema que ni la luz del día disimula

Alerta roja: Si se cae en el inodoro, fin del viaje. Por más que la hiervas, las bacterias que pueden quedar no se eliminan del todo. Cámbiala sin pensarlo.

Una copa menstrual no es solo un cambio de producto. Es un cambio de lógica

La copa menstrual no es una moda pasajera. Es una forma distinta de relacionarte con tu cuerpo. Una elección inteligente, sostenible y respetuosa, que te acompaña sin generar residuos ni incomodidades.
Con ella puedes ahorrar hasta 600 € en 10 años, reducir tu impacto ambiental y, sobre todo, olvidarte del “¿y si mancho?” mientras corres, bailas o simplemente existes.

Sí, al principio requiere un poco de adaptación —como todo lo bueno—. Pero cuando encuentras tu talla, aprendes la técnica y le coges el ritmo, llega lo mejor: libertad, confort y salud íntima que se notan a largo plazo.

Cada vez más mujeres hacen este cambio. No por tendencia, sino por sentido común. Porque cuidarnos también es una forma de cuidar el planeta que habitamos.


sequedad vaginal

Sequedad vaginal: cuando tu zona íntima pide agua, ciencia... y algo de respeto

Sequedad vaginal: cuando tu zona íntima pide agua, ciencia... y algo de respeto

Entre el 40 % y el 60 % de las mujeres posmenopáusicas en España lo sienten. Escozor, tirantez, molestias al tener relaciones. La piel íntima levanta la mano, pero nadie parece mirar. Y no, no es solo “cuestión de edad”: también aparece en mujeres jóvenes, durante la lactancia, con anticonceptivos hormonales o en momentos de estrés en modo centrifugado.

Lo llaman sequedad vaginal. Nosotras preferimos decir: una señal fisiológica de que algo se ha desajustado. Y no, no se arregla con frases tipo “es normal”.

¿Por qué se seca lo que debería fluir?

El responsable tiene nombre de melodrama hormonal: el estrógeno. Este aliado discreto mantiene el tejido vaginal elástico, lubricado y feliz, estimulando la producción de glucógeno (el snack favorito de los lactobacilos, tus bacterias buenas).

Cuando los niveles de estrógeno bajan, cambia todo el ecosistema:

  • La mucosa se afina.

  • El pH sube (adiós acidez protectora, hola infecciones oportunistas).

  • Y lo que antes era suavidad ahora se siente como fricción sin aviso.

Tu zona íntima pierde lo que llamamos su “memoria de confort”. Y eso, se nota.

Fisiopatología de la sequedad vaginal

El papel de los estrógenos es crucial en la salud vaginal. Su deficiencia provoca una serie de cambios: el epitelio vaginal se adelgaza, el flujo sanguíneo se reduce, las secreciones naturales disminuyen, los pliegues internos pierden elasticidad y el pH se eleva. Este entorno favorece la irritación y la predisposición a infecciones. Además, la sequedad vaginal puede predisponer a la aparición de vaginitis, una condición caracterizada por inflamación, irritación y molestias en la zona vaginal.

Estos cambios fisiológicos explican por qué la sequedad vaginal es tan frecuente en mujeres posmenopáusicas, pero también pueden presentarse en etapas previas o en otras situaciones que alteran el equilibrio hormonal.

Principales causas de la sequedad vaginal

Entre las enfermedades que pueden ocasionar sequedad vaginal destacan el síndrome de Sjögren, que reduce las secreciones en todo el cuerpo, el liquen escleroso, que afecta el tejido vulvovaginal, y la diabetes, que puede alterar la respuesta nerviosa y secretora durante la excitación. Otra causa menos frecuente puede ser el uso prolongado de ciertos medicamentos inmunosupresores. Los síntomas de la sequedad vaginal pueden incluir irritación, ardor, molestias durante las relaciones sexuales y, muchas veces, picazón.

Síntomas y manifestaciones clínicas

Los síntomas más comunes son la sensación de falta de humedad, ardor, picor, irritación e incluso dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia). Algunas mujeres describen ese dolor como punzante o cortante. También pueden aparecer molestias al orinar, aumento de la frecuencia miccional, urgencia o infecciones urinarias recurrentes. En determinados casos, la fragilidad de los tejidos causa un leve sangrado tras las relaciones sexuales.

La alteración del pH vaginal puede favorecer la aparición repetida de infecciones por hongos o bacterias. Además, el impacto emocional no debe subestimarse: muchas mujeres experimentan una disminución del deseo sexual, evitan las relaciones por miedo al dolor, se sienten inseguras con su cuerpo o incluso se aíslan por vergüenza, afectando su bienestar psicológico y de pareja.

Efectos de la sequedad vaginal en las relaciones sexuales

La sequedad vaginal puede transformar profundamente la experiencia de las relaciones sexuales, convirtiendo lo que debería ser un momento de placer en una fuente de malestar y preocupación. La falta de lubricación natural durante el coito puede provocar dolor, escozor e incluso pequeñas lesiones, lo que a menudo lleva a una disminución de la frecuencia de las relaciones sexuales. Este problema no solo afecta la calidad de vida de la mujer, sino que también puede generar tensiones en la relación de pareja, ya que el miedo al dolor o la incomodidad puede hacer que se evite la intimidad.

La menopausia es una de las causas más frecuentes de sequedad vaginal, pero también pueden influir otros factores como el uso de anticonceptivos, ciertos medicamentos o tratamientos para el cáncer de mama. La disminución de los niveles de estrógenos afecta directamente la lubricación y la elasticidad de la vagina, haciendo que las relaciones sexuales sean menos placenteras y, en ocasiones, dolorosas. Esta situación puede impactar negativamente en la autoestima y la confianza de la mujer, generando un círculo vicioso de evitación y frustración.

Afortunadamente, existen soluciones eficaces. El uso de productos como cremas hidratantes y lubricantes específicos puede aliviar los síntomas y mejorar la experiencia sexual. Abordar la sequedad vaginal de manera abierta y buscar tratamientos adecuados es fundamental para recuperar el bienestar, la calidad de vida y la satisfacción en la relación de pareja.

Estrategias de diagnóstico

El diagnóstico se realiza a través de una historia clínica detallada y una exploración física cuidadosa. La médica o el médico preguntará por la edad, la etapa hormonal, los medicamentos que se usan, los síntomas específicos, así como el impacto en la vida sexual y emocional. Durante la exploración, se evalúan los cambios del tejido vulvovaginal, como palidez, adelgazamiento, pérdida de elasticidad y aumento del pH. Contar con información actualizada y confiable es significativo para un diagnóstico preciso, por lo que a menudo se consulta algún artículo científico o de revisión relevante para respaldar la evaluación clínica.

En algunos casos, se indican pruebas complementarias, como el índice de maduración vaginal (que analiza la proporción de distintos tipos de células para valorar la influencia de los estrógenos) o cultivos microbiológicos para descartar infecciones.

Opciones terapéuticas basadas en evidencia

Tratamientos no hormonales

Los hidratantes vaginales y lubricantes son la primera opción de tratamiento. Los productos con ácido hialurónico retienen el agua hasta por 72 horas, mejorando la hidratación. Aquellos que incorporan prebióticos ayudan a restablecer la flora vaginal y mantener un pH saludable. Los lubricantes, especialmente los híbridos de agua y silicona, ofrecen una lubricación prolongada y segura durante las relaciones sexuales, mientras que los productos sin glicerina son ideales para mujeres con tendencia a infecciones.

Terapia hormonal local

Los tratamientos con estrógenos locales son los más eficaces y pueden presentarse en crema, óvulos o anillos vaginales. Estos productos regeneran el epitelio, aumentan la elasticidad y mejoran el riego sanguíneo. La prasterona o DHEA vaginal combina efectos estrogénicos y androgénicos, siendo útil en mujeres que no pueden usar estrógenos. El ospemifeno, un medicamento oral, estimula los receptores estrogénicos sin afectar al endometrio y está indicado en mujeres que han superado un cáncer de mama.

Tecnologías regenerativas

El láser CO₂ fraccionado y la radiofrecuencia monopolar son técnicas innovadoras que estimulan la producción natural de colágeno y ácido hialurónico, favoreciendo la regeneración tisular. Suelen realizarse en pocas sesiones y ofrecen resultados prolongados, con mejoras visibles en la elasticidad y confort vaginal.

Abordajes naturales y complementarios

La fitoterapia ofrece alternativas seguras y con respaldo científico. Las isoflavonas de trébol rojo (40-80 mg diarios) actúan sobre los receptores estrogénicos, mientras que el aceite de espino amarillo mejora la hidratación en pocas semanas. El gel de aloe vera al 90 % demuestra eficacia similar a las cremas con estrógenos para aliviar ardor y picor.

Una alimentación rica en fitoestrógenos, ácidos grasos omega-3 y vitamina D contribuye a mantener la salud de las mucosas. Se recomienda el consumo de tofu, legumbres, lino, pescado azul y frutos secos. Los ejercicios de Kegel fortalecen el suelo pélvico y mejoran el flujo sanguíneo, mientras que el uso de dilatadores vaginales y una vida sexual activa ayudan a conservar la elasticidad y la función vaginal.

Medidas preventivas y modificaciones del estilo de vida

Mantener una buena higiene íntima es clave: se deben evitar las duchas vaginales, los jabones perfumados y la ropa ajustada. Es preferible usar ropa interior de algodón, mantener la zona seca y aplicar hidratantes desde la perimenopausia. Dejar de fumar mejora el flujo sanguíneo y la respuesta hormonal; el ejercicio moderado favorece la circulación pelviana y las prácticas de relajación o mindfulness ayudan a reducir el estrés, un factor que también afecta el equilibrio hormonal.

sequedad vaginal

 

La elección del gel íntimo también influye en la hidratación y el confort. El gel Actifemme® Íntimo Fisiológico (pH 4,5) mantiene la acidez natural y la microbiota equilibrada en etapas como la perimenopausia o la menopausia, mientras que Actifemme® Íntimo Alcalino (pH 8) está diseñado para calmar irritaciones o candidiasis, cuando la piel necesita un respiro alcalino.

 

 

 

 

 

 

 

Consecuencias a largo plazo de la sequedad vaginal

Ignorar la sequedad vaginal puede tener repercusiones importantes a largo plazo. La disminución de los niveles de estrógenos, especialmente después de la menopausia, puede provocar atrofia vaginal, una afección en la que las paredes de la vagina se vuelven más delgadas, secas y menos elásticas. Esta atrofia no solo incrementa la sequedad y el malestar, sino que también eleva el riesgo de infecciones e inflamación en la zona vaginal, ya que la mucosa pierde su capacidad protectora.

La falta de lubricación persistente puede hacer que las relaciones sexuales sean cada vez más dolorosas, lo que afecta la calidad de vida y puede llevar a evitar la intimidad, deteriorando la relación de pareja. Además, la atrofia vaginal puede causar molestias urinarias, como ardor o infecciones recurrentes, complicando aún más el día a día de la mujer.

Por todo ello, es fundamental prestar atención a los síntomas de sequedad vaginal y buscar un tratamiento adecuado lo antes posible. Abordar este problema de manera temprana no solo mejora el confort y la salud sexual, sino que también previene complicaciones a largo plazo, ayudando a mantener una vida plena y satisfactoria en todas las etapas.

Perspectivas futuras y desarrollos emergentes

Las investigaciones futuras apuntan a terapias más avanzadas, como la bioingeniería tisular con células madre para regenerar tejidos, los inhibidores tópicos de PDE5 (como el sildenafilo en crema) que aumentan el flujo sanguíneo local, y las terapias génicas para estimular factores de crecimiento. La medicina personalizada será relevante, adaptando los tratamientos a cada mujer según su perfil genético, hormonal y estilo de vida.

Cuándo consultar con un especialista

Es importante acudir al especialista si la sequedad vaginal afecta la vida sexual o emocional, si hay sangrado anormal, síntomas urinarios persistentes o si los tratamientos sin receta no funcionan en dos o tres meses. Consultar a tiempo permite identificar la causa y elegir el tratamiento más adecuado para cada caso.

Recursos adicionales para la sequedad vaginal

Afortunadamente, existen numerosos recursos para ayudar a las mujeres a manejar la sequedad vaginal y mejorar su calidad de vida. Los productos como cremas hidratantes, lubricantes y tratamientos específicos están ampliamente disponibles en farmacias y tiendas en línea, facilitando el acceso a soluciones eficaces para aliviar los síntomas. Además, los medicamentos y terapias hormonales, bajo supervisión médica, pueden ser una opción para quienes necesitan un abordaje más profundo.

Es fundamental consultar con un médico para recibir un diagnóstico preciso y orientación sobre el tratamiento más adecuado en cada caso. La información y la educación son herramientas clave: existen artículos, guías y foros en línea donde las mujeres pueden compartir experiencias, resolver dudas y encontrar apoyo emocional.

No hay motivo para resignarse a vivir con este síntoma. Buscar ayuda profesional, informarse sobre los tratamientos disponibles y apoyarse en recursos confiables permite recuperar el bienestar, disfrutar de las relaciones sexuales y mejorar la calidad de vida. La sequedad vaginal es un problema común y tratable; el primer paso es hablarlo y buscar soluciones.

Recuperar el placer y el bienestar

La sequedad vaginal es frecuente, sí, pero completamente tratable. Gracias a los avances en terapias hormonales, tratamientos regenerativos y productos de nueva generación, volver a sentirte cómoda y disfrutar plenamente de tu sexualidad es posible.

El secreto está en actuar pronto: reconocer los síntomas, consultar con el especialista y adoptar un cuidado integral que incluya hidratación, hábitos saludables y bienestar emocional.
La edad no apaga el deseo; solo necesita un poco de ciencia para volver a brillar.


Ovarios poliquísticos

Ovarios poliquísticos: el poder está en saber qué te pasa (y por qué)

Ovarios poliquísticos: el poder está en saber qué te pasa (y por qué)

Los ovarios poliquísticos son una de esas condiciones más comunes de lo que parece —y aun así, siguen llenas de dudas. Se producen cuando en los ovarios aparecen múltiples quistes pequeños llenos de líquido que alteran su funcionamiento. No son peligrosos en sí mismos, pero sí pueden alterar el equilibrio hormonal y provocar síntomas difíciles de ignorar.

Por qué ocurre: cuando las hormonas pierden el compás

El origen está en un desequilibrio hormonal. Cuando el cuerpo produce más andrógenos (las llamadas “hormonas masculinas”), el ciclo menstrual y la ovulación se desajustan. Así aparecen los quistes.
Pero no todo es culpa de las hormonas: la genética y el entorno también tienen su parte en la historia.
Entender el porqué es el primer paso para encontrar una solución (y no solo apagar síntomas).

Síntomas: El cuerpo habla claro

Los ovarios poliquísticos no se presentan igual en todas las mujeres. A veces son muy evidentes, otras pasan casi desapercibidos.
Entre los signos más comunes están:

  • Reglas irregulares o ausentes

  • Dolor o presión pélvica

  • Aumento de peso sin explicación clara

  • Acné persistente

  • Vello facial o corporal más visible

  • Dificultad para quedarse embarazada

Si te reconoces en varios de ellos, lo mejor es dejar que el ginecólogo ponga orden en el diagnóstico. Cuanto antes se detecte, más fácil es equilibrarlo.

Fertilidad y ovarios poliquísticos: más difícil, no imposible

ovarios poliquísticos embarazo

Esta condición puede afectar la fertilidad de una mujer y hacer que sea más difícil quedar embarazada. La falta de ovulación regular puede dificultar la concepción. Sin embargo, es importante tener en cuenta que muchas mujeres con ovarios poliquísticos pueden quedar embarazadas con el tratamiento adecuado. Si está tratando de quedarse embarazada y ha sido diagnosticada, es fundamental trabajar en estrecha colaboración con su médico para desarrollar un plan de tratamiento que le ayude a alcanzar su objetivo de tener un bebé.

Intervenir a tiempo: lo que cambia el panorama

Cuanto antes se actúe, mejor se controlan los síntomas y se evitan complicaciones a largo plazo.
El diagnóstico suele combinar historial médico, análisis hormonales y ecografía. Con eso, tu médico podrá diseñar un tratamiento a medida, adaptado a tus síntomas, estilo de vida y objetivos (fertilidad incluida).

Tratamiento: equilibrio antes que todo

No existe una única receta. El enfoque depende de tus necesidades, pero suele incluir:

  • Hábitos saludables: alimentación equilibrada, ejercicio y control del peso.

  • Tratamiento farmacológico: para regular hormonas y estimular la ovulación si es necesario.

  • Cirugía puntual: solo en casos donde los quistes necesiten intervención directa.

El objetivo no es “curar” los ovarios poliquísticos, sino mantener el equilibrio para que no definan tu rutina ni tu bienestar.

Cuando el dolor se instala

Muchas mujeres con ovarios poliquísticos experimentan dolor pélvico y malestar debido a los quistes en los ovarios. El manejo del dolor es una parte importante del tratamiento de los ovarios poliquísticos. Pueden recomendarse analgésicos de venta libre para aliviar el dolor. Además, técnicas de relajación, como la meditación y la respiración profunda, pueden ser útiles para reducir el malestar. Si el dolor es severo o persistente, es relevante hablar con su médico para obtener opciones de manejo del dolor más efectivas.

Vivir con ovarios poliquísticos: gestionar, no rendirse

Con esta condición se puede vivir —y bien—, siempre que sepas cómo gestionarla.
Moverte, comer de forma consciente, descansar lo suficiente y apoyarte en personas que te entiendan hace una gran diferencia. Identifica lo que te sienta bien (y lo que no) y ajústalo. La constancia, más que la perfección, es lo que equilibra.

Por qué no conviene ignorar los ovarios poliquísticos

Si los ovarios poliquísticos no se tratan adecuadamente, pueden provocar complicaciones a largo plazo. Las mujeres con ovarios poliquísticos tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. Además, la infertilidad y los problemas de embarazo también pueden ser consecuencias de los ovarios poliquísticos no tratados. Es importante buscar tratamiento temprano para minimizar estos riesgos y proteger su salud.

En resumen: tu cuerpo, tus reglas

Si notas señales, no esperes a que se ordenen solas. Consultar pronto no solo alivia los síntomas, también protege tu salud a largo plazo. Con el tratamiento y el acompañamiento adecuados, es perfectamente posible vivir en equilibrio con ovarios poliquísticos.


Bragas menstruales

Bragas menstruales: la revolución que no deja huella (ni en ti, ni en el planeta)

Bragas menstruales: la revolución que no deja huella (ni en ti, ni en el planeta)

Cada mujer usa entre 11.000 y 15.000 productos menstruales desechables a lo largo de su vida fértil. Y cada compresa tradicional puede tardar hasta 300 años en desaparecer. No es solo una cifra: es la huella que deja un producto fabricado con un 90 % de plástico.

Por eso, cada vez más mujeres eligen una alternativa diferente: las bragas menstruales. Una opción práctica, cómoda y mucho más amable con el planeta. Están hechas con capas de algodón puro, sin químicos que alteren la piel, y pensadas para acompañarte entre 3 y 5 años.
Su precio ronda los 30 euros por prenda, pero la inversión se compensa sola: ahorras dinero, reduces residuos y cuidas tu bienestar íntimo.

¿Qué son las bragas menstruales?

A simple vista parecen unas braguitas normales. Pero su diseño guarda un secreto: un sistema absorbente que retiene el flujo menstrual sin necesidad de compresas, tampones o copas.
Una prenda que une tecnología, sostenibilidad y confort para vivir la regla con más libertad.

Tecnología y materiales

El secreto de estas bragas reside en su cuidadosa selección de materiales. Normalmente, la parte exterior combina poliamida (80 %) y elastano (20 %), mientras que el interior abraza la piel con algodón 100% puro. Algunas marcas añaden fibras de bambú, conocidas por sus cualidades antibacterianas naturales.

Capas de protección

El secreto de estas bragas reside en su sistema de capas, cada una con una función específica:

  • La capa superior, hecha de suave algodón, cuida tu piel mientras dirige el flujo hacia abajo.
  • Le sigue una capa superabsorbente que atrapa el líquido.
  • Una tercera capa con poliuretano actúa como escudo contra las fugas.
  • La capa exterior permite que tu piel respire mientras mantiene los olores a raya.

Niveles de absorción

Tu flujo es único, y estas bragas lo saben. Por eso ofrecen distintos niveles de protección:

  • Para días normales: absorbidos tanto como tres tampones, perfectas para flujo ligero o medio
  • Para días abundantes: capaces de retener hasta 30 mililitros

Estas bragas te pueden acompañar de 8 a 12 horas, adaptándose a tu flujo personal. A pesar de su poder absorbente, mantienen un perfil discreto de solo 2 milímetros, pasando desapercibidas bajo cualquier ropa.

La tecnología integrada combate olores y previene fugas, evitando el efecto abultado típico de las compresas. Su diseño inteligente garantiza un secado rápido, manteniendo una agradable sensación de frescura todo el día.

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Beneficios para la salud íntima

Tu salud íntima merece especial cuidado durante los días de menstruación, especialmente cuando elegimos productos que estarán en contacto directo con nuestra piel más sensible.

Prevención de irritaciones

El algodón certificado que compone estas bragas menstruales cuida tu zona íntima de forma natural. Tu piel agradecerá la ausencia de químicos agresivos, reduciendo notablemente el riesgo de irritaciones y alergias en la zona genital. Los ginecólogos respaldan cada vez más su uso, pues ocasionan menos molestias durante el uso prolongado.

Las mujeres jóvenes que han sufrido infecciones frecuentes con productos tradicionales encuentran en estas bragas una solución gentil con su cuerpo. Su diseño ayuda a prevenir las molestas infecciones recurrentes.

Transpirabilidad y comodidad

Las capas especiales de estas bragas no solo te protegen, también dejan que tu piel respire naturalmente. Este diseño mantiene tu zona íntima fresca y seca, fundamental para conservar el equilibrio de tu microbiota genital.

Los tejidos especiales actúan como aliados de tu cuerpo: absorben cuando deben y repelen cuando necesitas mantenerte seca, permitiendo que el calor corporal evapore la humedad mientras te mantienes cómoda. Durante la noche, resultan especialmente acogedoras para quienes no se sienten a gusto con tampones o compresas convencionales.

Los expertos sugieren estos consejos para cuidar tu salud íntima:

La suavidad de sus materiales transpirables, junto a su forma anatómica, permite que estas bragas se amolden a ti naturalmente, ofreciéndote comodidad y protección durante todo el día.

Impacto ambiental positivo

Los números son abrumadores: más de 45 mil millones de compresas sanitarias acaban en la basura cada año, dejando una huella imborrable en nuestro planeta. Estos productos necesitan entre 500 y 800 años para desaparecer de la naturaleza.

Reducción de residuos plásticos

Las compresas y tampones tradicionales esconden un secreto preocupante: hasta un 90 % de su composición es plástico. Cada mujer utiliza aproximadamente 7.200 productos desechables durante sus años fértiles. Las bragas menstruales, al igual que la copa menstrual, rompen este ciclo dañino, apostando por materiales 100 % ecológicos y seguros para tu cuerpo.

Ciclo de vida del producto

Con los cuidados adecuados, estas bragas te acompañan entre tres y cinco años. Sus materiales, desde el algodón orgánico hasta la fibra de bambú, respetan el medioambiente y son biodegradables. Al final de su vida útil, puedes darles una segunda oportunidad a través del reciclaje textil.

Ahorro económico a largo plazo

El coste de los productos desechables suma hasta 18.000 € durante los años fértiles. Las bragas menstruales proponen una alternativa más inteligente: una inversión inicial de 30€ por unidad que se traduce en ahorro real.

Estas cifras hablan por sí solas:

  • Tu cuerpo vive aproximadamente 480 ciclos menstruales
  • Tus gastos pueden reducirse hasta un 70 %
  • Cuatro bragas cada cinco años pueden ahorrarte 7.300 € frente a productos tradicionales

Tu decisión de usar bragas menstruales cuida tanto tu economía como nuestro planeta. Durante los aproximadamente 450 ciclos de tu vida fértil, estas prendas reutilizables marcan una diferencia real en la reducción de residuos plásticos y la protección de nuestro entorno.

Guía de uso y cuidados

Cuidar bien tus bragas menstruales te asegura su mejor rendimiento y una larga vida útil. Conocer los detalles de su mantenimiento te ayudará a aprovechar al máximo esta opción sostenible.

Lavado correcto de las bragas menstruales

El primer paso es simple: enjuaga con agua fría justo después de usarlas para eliminar el flujo. Después, puedes lavarlas en la lavadora a 30-40 grados. Cosas que deberías evitar:

  • Suavizantes y blanqueadores que dañan su capacidad de absorción.
  • Detergentes fuertes o perfumados que podrían irritar tu piel.
  • Jabones grasos tipo Marsella que afectan su funcionamiento

Tu mejor aliado será un detergente suave para prendas delicadas. Una bolsita de lavandería protegerá el tejido y mantendrá intactas sus propiedades especiales.

Secado y almacenamiento

El secado merece tu atención especial. Deja que tus bragas se sequen al aire libre; nunca uses secadora ni las expongas directamente al calor. El exceso de temperatura puede dañar su capa protectora y reducir su eficacia.

Antes de guardarlas, asegúrate de que estén completamente secas. Encuentra un rincón fresco y seco para ellas, preferiblemente en un neceser o bolsa que permita que el aire circule.

¿Cuándo debemos reemplazarlas?

Tus bragas menstruales pueden acompañarte entre 3 y 5 años, según el uso y cuidado que les des. Sabrás que necesitarás renovación cuando:

  • Ya no absorben bien y notes pequeñas fugas
  • El tejido se sienta rígido o acartonado.
  • Persistan olores después del lavado

Con los cuidados adecuados, algunas marcas te garantizan hasta 50 lavados manteniendo todas sus cualidades. Para conseguir la máxima duración, sigue siempre las indicaciones específicas de cada fabricante.


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Perimenopausia: el manual de supervivencia que mi ginecóloga guardaba bajo llave

Perimenopausia: el manual de supervivencia que la ginecóloga guardaba bajo llave

El cuerpo de una mujer puede comenzar a cambiar de formas inesperadas. Los síntomas se presentan de manera gradual, creando una confusión que muchas conocen, pero pocas comentan abiertamente. La Organización Mundial de la Salud define este período como la fase de transición natural que precede al cese definitivo del período menstrual.

La perimenopausia, puede empezar entre los 40 y 50 años, mucho más temprano de lo que muchas anticipan. La información más reveladora de este proceso: mientras algunas mujeres la experimentan por unos pocos meses, otras pueden vivirla hasta por 11 años, siendo el promedio de 4 a 5 años. Cada mujer experimenta los síntomas de manera única, con variaciones en intensidad y frecuencia. Los cambios menstruales suelen ser los primeros indicadores: alteraciones en la frecuencia, duración y cantidad del sangrado.

Los números también son reveladores: en España hay actualmente más de 13.406.564 mujeres entre los 40 y 84 años que pueden encontrarse en alguna etapa de la transición menopáusica. Además, aproximadamente 4 de cada 10 mujeres alcanzan la menopausia a los 50 años, mientras que 9 de cada 10 lo hacen antes de los 55.

La primera lección que lo cambia todo: descifrando el misterio perimenopáusico

Perimenopausia y menopausia son momentos distintos. La primera describe el tiempo de transición hacia la menopausia, abarcando años de cambios graduales. La menopausia, en cambio, marca el punto exacto en que han transcurrido 12 meses consecutivos sin menstruación.

El duelo de definiciones que termina en claridad

Perimenopausia

  • El término significa literalmente "alrededor de la menopausia".
  • Describe el tiempo durante el cual el cuerpo realiza la transición natural hacia la menopausia.
  • Abarca años de cambios graduales.

Menopausia

  • Marca un momento específico: cuando han transcurrido exactamente 12 meses consecutivos sin un período menstrual.
  • Técnicamente, es un día específico (aunque comúnmente nos referimos a toda la etapa posterior como "estar en la menopausia").

Los cambios hormonales que caracterizan esta transición involucran fluctuaciones irregulares de estrógeno y progesterona. Durante la perimenopausia, uno de los primeros cambios es la disminución de la inhibina B, que conduce a la elevación de los niveles de FSH. Estos cambios hormonales explican directamente los diversos síntomas que podemos experimentar.

¿Por qué es la gran incomprendida del mundo femenino?

Solo el 28% de las mujeres sabe qué esperar durante la perimenopausia. El desconocimiento se debe en gran parte a que la conversación pública se centra en la menopausia, ignorando que los síntomas empiezan antes, durante la fase de transición. Esta falta de información precisa puede llevar a malinterpretar los síntomas como problemas personales o crisis emocionales. La variabilidad individual hace aún más difícil reconocer el proceso, ya que la experiencia menstrual previa no predice cómo se vivirá esta etapa.

Cuándo empieza el espectáculo hormonal

Aunque estadísticamente la mujer promedio inicia esta transición cerca de los 47 años y alcanza la menopausia a los 51 años en España, cada cuerpo sigue su propio ritmo. La edad media de la menopausia se sitúa en torno a los 51,4 años, aunque se considera normal cuando ocurre entre los 45 y 55 años.

Esta segunda gráfica muestra las etapas de la perimenopausia según la edad, desde la premenopausia (40-42 años) hasta la menopausia establecida (51+ años). La perimenopausia comienza típicamente entre los 45 y 49 años y tiene una duración promedio de 2 a 8 años, información que esta gráfica visualiza claramente.

Duración del "concierto hormonal":

  • 2-8 años (duración típica).
  • Ocasionalmente, puede extenderse hasta 14 años.

Esta amplia variación temporal explica por qué tantas mujeres viven síntomas prolongados sin comprender completamente su origen.

La galería de síntomas que no puedes ignorar

Estar atenta a las señales de tu cuerpo y conectarlas con los cambios hormonales te permite tomar medidas proactivas para cuidar tu salud física y emocional durante esta etapa natural de la vida. Si experimentas varios de estos síntomas, considera hablar con tu ginecóloga. Cuanto antes identifiques que estás en perimenopausia, más opciones tendrás para manejar los síntomas y mantener tu calidad de vida.

Esta gráfica muestra los síntomas más frecuentes que experimentan las mujeres durante la perimenopausia, como irregularidades menstruales, sofocos, insomnio, cambios de humor, sequedad vaginal, fatiga y sudores nocturnos. El formato de barras facilita la comparación visual y es perfecto para captar la atención de los lectores.

Los sofocos:El síntoma más Icónico

Los sofocos aparecen como oleadas súbitas de calor que usualmente empiezan en el pecho y se extienden hacia el cuello y la cabeza. Cerca del 75 % de las mujeres los viven durante la perimenopausia. Los estudios muestran que los sofocos constituyen el síntoma predominante en el 80,34 % de las mujeres que experimentan síntomas de menopausia.

Los sudores nocturnos: el insomnio húmedo

Resultan especialmente perturbadores: despertar con la ropa y las sábanas empapadas interrumpe el descanso nocturno que tan necesario es. Mi doctora me explicó que estos episodios surgen cuando la disminución de estrógenos desregula el centro de control de temperatura.

Datos que impactan:

  • Más del 80% de mujeres con sofocos los mantienen durante más de un año.
  • Sin tratamiento, suelen remitir espontáneamente tras varios años.
  • Algunas mujeres pueden padecerlos durante 15 o incluso 25 años.

La montaña rusa emocional: cuando las hormonas secuestran tu estado de ánimo

Cuatro de cada diez mujeres notan fluctuaciones emocionales durante esta etapa. La irritabilidad puede aparecer sin motivo aparente, junto con episodios de tristeza, ansiedad o sensaciones de vacío emocional.

Traducción a la vida real:

  • Lloras viendo anuncios de comida para mascotas.
  • Te irritas porque el café está "demasiado caliente" o "demasiado frío".
  • Sientes que tu equilibrio emocional está en pausa técnica permanente.

Según estudios recientes, las mujeres en perimenopausia experimentan un promedio de 8,9 síntomas diferentes, siendo los cambios de ánimo, la tristeza y el cansancio los más comunes en las primeras etapas.

El sueño esquivo: cuando dormir se convierte en misión imposible

El sueño se vuelve esquivo durante la perimenopausia. Algunas mujeres luchan para conciliar el sueño, otras despiertan repetidamente durante la noche, y muchas experimentan despertares muy tempranos.

Las cifras del cansancio:

  • Casi 3 de cada 4 mujeres posmenopáusicas sufren fatiga.
  • 2 de cada 3 tienen dificultades para dormir.

Esta interrupción constante del descanso, combinada con los desequilibrios hormonales y los sudores nocturnos, genera fatiga persistente durante el día y dificultades para mantener la concentración.

Sangrado rebelde: el caos menstrual en primera persona

Los ciclos menstruales se transforman durante esta fase. Pueden acortarse o alargarse, volverse más abundantes o reducirse considerablemente.

Señales de alerta roja (literalmente):

  • Sangrado entre períodos.
  • Sangrado después de relaciones íntimas.
  • Sangrado excesivamente abundante.
  • Sangrado que se prolonga más allá de lo habitual.

Estos tipos de sangrado requieren evaluación médica inmediata.

La transformación física: cuando el espejo refleja cambios inesperados

El descenso en los niveles de estrógeno afecta visiblemente la apariencia. Durante los primeros cinco años de transición, se puede perder hasta un 30% del colágeno, resultando en piel más delgada, reseca y propensa a formar arrugas.

El cabello también sufre:

  • Se debilita.
  • Pierde volumen.
  • Puede comenzar a caerse más de lo normal.

La intimidad también cambia:

Paralelamente, muchas experimentan una disminución notable en el deseo sexual, frecuentemente acompañada de sequedad vaginal que puede hacer incómodas las relaciones íntimas. La sequedad vaginal es la queja más frecuente en diversos estudios.

El arsenal de estrategias que transformó mi experiencia

Aparte de la necesidad de combatir los síntomas, hay algunas recomendaciones específicas que pueden mejorar la experiencia durante esta etapa.

La revolución nutricional: cuando la comida se convierte en medicina

Las semillas molidas o hidratadas como lino y chía pueden ser un aliado. Estas semillas contienen ácidos grasos omega 3 que ayudan a reducir la inflamación abdominal.

El trío probiótico:

  • Yogur → equilibrio intestinal.
  • Kéfir → microbiota saludable.
  • Alimentos fermentados → digestión optimizada.

Fundamentales para mantener la microbiota intestinal saludable durante estos cambios hormonales.

La proteína como protagonista:

La proteína en esta etapa tiene un papel muy importante, especialmente para contrarrestar la pérdida muscular que ocurre de manera natural. Los fitoestrógenos de la soja pueden ofrecer un apoyo adicional para equilibrar las hormonas fluctuantes.

La triada de suplementos estrella:

  • Vitamina D3 → sistema inmune fortalecido.
  • Magnesio → equilibrio muscular y nervioso.
  • Omega 3 → control de la inflamación.

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El ejercicio como medicina: la receta de cuatro ingredientes

Se necesitan combinar cuatro tipos de ejercicio.

La fórmula perfecta:

  • Ejercicio aeróbico → mínimo 30 minutos, cinco días por semana.
  • Ejercicio de fuerza → dos días no consecutivos.
  • Trabajo de flexibilidad → mantener la movilidad articular.
  • Ejercicio de equilibrio → prevenir caídas.

Los entrenamientos HIIT resultan especialmente beneficiosos para:

  • ↑ masa muscular.
  • ↑ fuerza.
  • ↓ perímetro de cintura.

La higiene del sueño: recuperando el derecho al descanso

Establecer horarios consistentes para dormir marca una diferencia notable en la calidad del descanso.

La regla de oro del sueño:

  • Despertarse a la misma hora todos los días (incluso los fines de semana).
  • Ayuda a regular los ritmos circadianos.
  • Para quienes experimentan insomnio después de los 50, la melatonina en dosis bajas de 0,3-0,5 mg puede ser efectiva.

Gestión del estrés: domesticando la ansiedad perimenopáusica

La terapia cognitivo-conductual puede convertirse en una herramienta valiosa para gestionar niveles de ansiedad.

Kit de herramientas anti-estrés:

  • Técnicas de relajación.
  • Respiración profunda.
  • Mindfulness.

Todas ayudan a reducir la tensión emocional y mejorar el sueño.

Cuidados íntimos: rescatando la comodidad y el placer

Para la sequedad vaginal, puedes utilizar hidratantes vaginales aplicados por las noches en días alternos.

Durante las relaciones íntimas:

  • Lubricantes a base de agua con ácido hialurónico pueden prevenir molestias.
  • Productos de higiene íntima con ácido láctico ayudan a mantener el pH vaginal ácido necesario para prevenir infecciones.

La guía médica: tu GPS durante la transición hormonal

El acompañamiento médico durante la perimenopausia no es opcional, es necesario. Sus palabras me ayudaron a entender que esta etapa requiere atención especializada para cuidar la salud de manera integral.

Los controles ginecológicos: tu seguro de vida hormonal

Las consultas anuales con el ginecólogo se vuelven aún más valiosas durante esta transición. Estos encuentros permiten:

  • Detectar cambios importantes de manera temprana.
  • Monitorear cómo responde el cuerpo a las fluctuaciones hormonales.

El truco que cambió mi seguimiento:

Mantén un diario menstrual donde anotes:

  • El primer y último día de cada período.
  • La intensidad del flujo.
  • Síntomas asociados.

Las pruebas hormonales: descifrando el código de tu cuerpo

Los cambios hormonales más significativos durante la perimenopausia involucran el estrógeno y la FSH (hormona foliculoestimulante). Mientras el estrógeno disminuye gradualmente, la FSH aumenta como respuesta del cuerpo.

Los números que importan:

  • Niveles de FSH por encima de 25 UI/L pueden indicar que nos acercamos a la menopausia.
  • Los niveles disminuidos de inhibina y de estrógenos resultan en un aumento sustancial de los niveles de LH y FSH circulantes.

Terapia hormonal: ¿cuándo considerar el "as bajo la manga"?

La terapia hormonal puede convertirse en una aliada valiosa cuando los síntomas como sofocos, sudoración nocturna o sequedad vaginal afectan significativamente la calidad de vida.

La ventana de oportunidad:

  • Debe iniciarse antes de que transcurran 10 años desde la última menstruación.
  • Los beneficios superan los riesgos cuando el tratamiento comienza antes de los 60 años.

Dato alarmante sobre España:

Solo un porcentaje muy bajo de mujeres con síntomas menopáusicos, y aún menor de quienes están en perimenopausia, utiliza la terapia hormonal, cifras que resultan bajas en comparación con otros países.

Las señales de la recta final: detectando la proximidad de la menopausia

Aunque la menopausia se confirma oficialmente después de 12 meses completos sin menstruaciones, el cuerpo nos da señales de que nos acercamos a este momento.

Indicadores de la etapa final:

  • Los ciclos se vuelven cada vez más impredecibles.
  • Cuando la diferencia entre ciclos consecutivos es de 7 días o más de manera persistente.
  • Puede indicar que estamos en la etapa final de la transición.

perimenopausiaBeneficios clínicamente demostrados de Actifemme® Menescor

Entre las opciones con respaldo científico para acompañar esta etapa, Actifemme® Menescor representa un avance en el abordaje integral de los síntomas de la perimenopausia, la menopausia y la posmenopausia.

Actifemme® Menescor es tu aliado para las diferentes dimensiones y fases de la menopausia

Su eficacia se apoya en el estudio clínico RESHAW, de 24 meses de duración y metodología doble ciego controlada con placebo, realizado con 125 mujeres posmenopáusicas entre 45 y 85 años. Los resultados demostraron una reducción de los sofocos, una disminución del dolor articular y muscular y una mejora de la función cognitiva. Además, se observaron mejoras significativas en la densidad mineral ósea en la columna lumbar, cuello femoral y cadera.

La fórmula combina Resveratrol Veri-té® (98 % de pureza y alta biodisponibilidad) con vitamina D₃, actuando de forma sinérgica en distintas dimensiones de la salud femenina. Su formulación aborda tanto los síntomas visibles —como sofocos, sudoraciones nocturnas o niebla mental— como aspectos preventivos relacionados con la salud ósea y cardiovascular.

Fácil de integrar en el día a día

Además, Actifemme® Menescor se presenta en formato bucodispersable con sabor a limón, apto para mujeres con diabetes, celiaquía o intolerancia a la lactosa, facilitando su integración en la rutina diaria.

Pensado para acompañar la perimenopausia y la posmenopausia, su propósito es contribuir al bienestar integral de la mujer, desde el alivio de los síntomas hasta la prevención de complicaciones a largo plazo, como la osteoporosis, el deterioro cognitivo o los problemas cardiovasculares.

El nuevo capítulo: abrazando la sabiduría de la transición

Entender bien estas fases te hará cambiar tu perspectiva sobre una etapa que todas enfrentaremos. La perimenopausia dejará de ser un misterio desconcertante para convertirse en un proceso natural que podrás entender y manejar con sabiduría práctica.

De síntomas a soluciones: el poder del conocimiento aplicado

Cada síntoma que antes podría ser motivo de preocupación tiene una explicación clara. Más importante aún, cada molestia cuenta con estrategias específicas para aliviarla. El conocimiento se traduce directamente en bienestar cuando sabemos cómo aplicarlo.

Las herramientas están a tu alcance:

  • Ajustes nutricionales que nutren tu cuerpo durante la transición.
  • Ejercicios que fortalecen la salud física y emocional.
  • Técnicas de descanso que restauran la energía.
  • Acompañamiento médico regular que brinda orientación personalizada.

Tu experiencia única: el mapa personal de la perimenopausia

Tu experiencia será única. Algunas estrategias funcionarán mejor para ti que otras. Lo valioso es contar con opciones respaldadas por años de experiencia clínica. Escuchar a tu cuerpo te ayudará a identificar qué camino seguir.

¿Sabías que…?

Esta etapa no es el final de nada, sino el comienzo de una nueva comprensión de ti misma. Las mujeres informadas viven esta transición con mayor tranquilidad y confianza.

Desata tu vitalidad con conocimiento, no con suposiciones.

Bien informada, puedes transformar la incertidumbre en conocimiento y el miedo en preparación cuidadosa para los años que vienen.

Y si alguna vez sientes que estás sola en este proceso, recuerda: más de 13 millones de mujeres en España están navegando o han navegado estas mismas aguas. Tu experiencia es válida, tu bienestar es prioritario, y tu futuro puede ser tan vibrante como tú decidas que sea.