Qué es la edad vascular y por qué puede ser útil en la menopausia
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ToggleA medida que las mujeres envejecen, sus vasos sanguíneos van sufriendo los cambios normales del paso del tiempo. El gran problema surge cuando la edad de los mismos no se corresponde del todo con su edad física o cronológica.
Hay estudios que indican que saber la edad vascular constituye el mejor y más fiable indicador para conocer el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, sus consecuencias y por lo tanto, los mejores tratamientos para tratarlos.
En este espacio explicaremos cuáles son los factores que se deben considerar para su determinación, además de conocer su gran utilidad dentro del proceso fisiológico de la menopausia.
Edad vascular (EV): razones por las cuáles conocerla
Si bien la EV es la diferencia existente entre nuestra edad y la de nuestras arterias, es necesario conocerla para poder evaluar y prever cada uno de las complicaciones que se pueden presentar en situaciones de enfermedades cardiovasculares.
Es el caso de una mujer de 35 años, fumadora, con sobrepeso y altos niveles de colesterol, propensa a presentar mayores riesgos de padecimientos que aquella de 50 cuyos indicadores se encuentran en menor escala. Esta es la razón por la que resulta insuficiente no solo fijarse en la edad cronológica y el tiempo de inicio de la menopausia, sino que también es de gran utilidad evaluar otros factores sintomatológicos que le permitan al especialista ser un poco más preciso al momento de calcular los riesgos y/o prevenir enfermedades cardiacas que puedan resultar fatal.
Terapia hormonal y la menopausia
Este tipo de terapia se centra en minimizar los síntomas de la menopausia a través del reemplazo artificial de aquellas hormonas que los ovarios dejan de producir bien con estrógenos, gestágenos o cualquier otro fármaco, para lograr efectos similares y así restaurar el equilibrio.
Recordemos que, la menopausia es una etapa común de la mujer en el que disminuyen sus hormonas reproductivas y desaparece por completo la regla más o menos entre los 45 y 55 años, causando de forma leve o intensa: sofocos, sudoración, sequedad vaginal, insomnio, dolores de cabeza, etc.
Existen casos de mujeres cuyos síntomas menopáusicos les impide llevar una vida normal. En este caso la terapia hormonal pudiera ser una de las opciones para reducirlos. No obstante, no se encuentran exentas de los riesgos.
Aun cuando anteriormente la aplicación de la terapia hormonal sustitutiva era usual, su popularidad se desvaneció a consecuencia de que, en algunos estudios, los especialistas encontraron indicios de riesgos en la mujer de padecer enfermedades cardiovasculares y hasta cáncer de mama. Actualmente, la ciencia ha logrado reducirlos y controlarlos.
Al optar por la administración de este tratamiento personalizado, nuestra recomendación es no solo fijarse en la edad de la mujer o en el inicio de la menopausia porque, aunque juegan un papel fundamental, han de ser complementadas con otros aspectos de riesgos relacionados con la edad biológica. Se trata de recibir dosis bajas en el menor tiempo posible, analizando cada uno de los factores que interactúan (edad, raza, colesterol, presión arterial, diabetes, hábito tabáquico, etc.) para reducir y predecir cualquier complicación. Esto ayudará a estimar mejor la edad vascular