Vaginosis bacteriana: cuando tu microbiota pierde el equilibrio (y tú, la paciencia)
Índice de contenido
Toggle
Si alguna vez has sentido que “algo no va bien ahí abajo”, no estás sola. La vaginosis bacteriana es una de las afecciones vaginales más comunes y, de hecho, la infección más frecuente entre mujeres de 15 a 44 años, afectando a entre el 23 % y el 29 % de las mujeres en edad reproductiva en todo el mundo. En el mundo médico se la conoce como BV (por sus siglas en inglés, Bacterial Vaginosis). A pesar de su alta prevalencia, muchas mujeres no entiende del todo qué está ocurriendo en su cuerpo cuando aparece esta condición. Por eso, esta guía —tan completa como actualizada— pone luz sobre la vaginosis bacteriana: qué es, cómo actúa y cuáles son las opciones de tratamiento más avanzadas disponibles en 2025.
En otras palabras: menos misterio, más ciencia aplicada al día a día íntimo.
¿Qué es la vaginosis bacteriana?
La vaginosis bacteriana es una alteración del ecosistema bacteriano vaginal causada por un desequilibrio en las bacterias y otros organismos que naturalmente habitan la vagina. La causa exacta de la vaginosis bacteriana no se conoce completamente, pero se asocia con el desequilibrio de organismos en la microbiota vaginal. A diferencia de una infección típica, la vaginosis bacteriana se caracteriza por la ausencia de inflamación significativa, razón por la cual se denomina “vaginosis” y no “vaginitis”.
El ecosistema vaginal saludable
En condiciones normales, el microbioma vaginal está dominado principalmente por bacterias del género Lactobacillus, especialmente L. crispatus, L. jensenii y L. gasseri. Esta flora bacteriana beneficiosa cumple funciones esenciales:
- Mantienen un pH ácido entre 3.8 y 4.4, lo que contribuye a la acidez del ambiente vaginal y protege contra infecciones
- Producen ácido láctico y peróxido de hidrógeno que inhiben el crecimiento de patógenos
- Se adhieren específicamente al epitelio vaginal, bloqueando la colonización de microorganismos dañinos
- Forman coagregados con patógenos potenciales, potenciando su efecto microbiocida
El desequilibrio en la vaginosis bacteriana
Durante la vaginosis bacteriana, disminuyen significativamente los lactobacilos protectores y aumentan bacterias como Gardnerella vaginalis, Prevotella spp., Mobiluncus spp., Atopobium vaginae y Mycoplasma hominis. Este cambio puede resultar en un aumento de la concentración bacteriana de 10 a 100 veces, elevando el pH vaginal y creando un ambiente propicio para la proliferación de microorganismos potencialmente dañinos.
Relación compleja con la transmisión sexual
La vaginosis bacteriana no se considera oficialmente una enfermedad de transmisión sexual, ya que puede aparecer en mujeres que nunca han tenido relaciones sexuales. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren una relación más compleja con la actividad sexual. Además, se ha observado que la vaginosis bacteriana puede aumentar el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual (ETS) y otras infecciones de transmisión sexual, por lo que es importante considerar pruebas de ETS en mujeres con síntomas o factores de riesgo.
Un estudio publicado en 2025 en The New England Journal of Medicine abre la puerta a considerar la vaginosis bacteriana como una posible infección de transmisión sexual. La investigación demostró que el tratamiento simultáneo de las parejas masculinas con antibióticos orales y tópicos reduce significativamente las tasas de recurrencia.
Factores de riesgo relacionados con la actividad sexual
- Múltiples parejas sexuales o nuevas parejas aumentan el riesgo
- Tener una nueva pareja sexual puede alterar el equilibrio de la microbiota vaginal, favoreciendo la aparición de vaginosis bacteriana
- Relaciones sexuales sin protección, especialmente entre mujeres
- Sexo anal seguido de vaginal sin cambiar preservativo
- Pareja masculina no circuncidada presenta mayor riesgo de recurrencia
El papel central de Gardnerella vaginalis y las biopelículas
Gardnerella vaginalis está presente en aproximadamente el 90% de las mujeres con vaginosis bacteriana sintomática y en el 45% de mujeres sanas. Su importancia radica en su capacidad única para formar biopelículas o biofilms.
Mecanismos de resistencia de las biopelículas
Las biopelículas formadas por Gardnerella vaginalis presentan múltiples mecanismos de resistencia:
- Barrera física y química que dificulta la penetración de antibióticos
- Crecimiento bacteriano ralentizado debido a limitación de nutrientes
- Microambientes protectores que antagonizan la acción antibiótica
- Respuestas de estrés específicas que combaten activamente los antimicrobianos
Interacciones sinérgicas polimicrobianas
Investigaciones recientes han identificado interacciones sinérgicas entre múltiples especies. Fannyhessea vaginae (anteriormente Atopobium vaginae) actúa como «aliada» de Gardnerella vaginalis, y cuando ambas están presentes, la tasa de recurrencia aumenta del 38% al 83%. Estudios de 2024 han demostrado sinergismo entre G. vaginalis, F. vaginae y P. anaerobius para la tolerancia al metronidazol.
Síntomas y manifestaciones clínicas
Hasta el 50% de las mujeres con vaginosis bacteriana pueden ser asintomáticas, lo que complica el diagnóstico y tratamiento oportuno. Por ello, es fundamental evaluar cada caso de manera individual, ya que la variabilidad de los síntomas requiere un enfoque personalizado para un diagnóstico preciso.
Síntomas característicos cuando están presentes
Flujo vaginal alterado: Secreción abundante, de color blanco-grisáceo, delgada, acuosa y homogénea. A diferencia de la candidiasis, no presenta consistencia de «queso cottage».
Olor característico a pescado: El síntoma más distintivo, especialmente notable después de las relaciones sexuales o durante la menstruación. Esto se debe a que el fluido seminal y la sangre menstrual, al tener pH alcalino, facilitan la liberación de aminas volátiles.
Molestias leves: Puede presentarse picazón ocasional o ardor al orinar, pero generalmente sin dolor intenso, enrojecimiento o hinchazón.
Factores de riesgo y causas
Factores relacionados con higiene y productos
- Duchas vaginales y lavados excesivos: El exceso de lavado o la realización frecuente de lavados vaginales elimina tanto bacterias beneficiosas como dañinas, alterando el pH natural y favoreciendo el crecimiento de bacterias patógenas.
- Productos perfumados: Jabones, toallas sanitarias o tampones con fragancias pueden irritar el tejido vaginal
- Ropa sintética ajustada: Crea ambientes cálidos y húmedos que favorecen el crecimiento bacteriano
Factores hormonales y médicos
- Uso de antibióticos: Pueden destruir lactobacilos protectores junto con bacterias patógenas
- Cambios hormonales: Durante menstruación, embarazo o uso de anticonceptivos
- Dispositivos intrauterinos: Especialmente el DIU de cobre presenta un riesgo 28% mayor
- Estrés crónico: Puede alterar el equilibrio del sistema inmunológico local
Factores dietéticos emergentes
Investigaciones de 2024 sugieren que niveles bajos de betaína (presente en remolacha azucarera, mariscos, salvado de trigo y espinacas) podrían aumentar el riesgo de vaginosis bacteriana. La betaína desempeña roles importantes en la salud hepática, cardíaca y renal.
Diagnóstico preciso: Criterios de Amsel
El diagnóstico se establece cuando se cumplen al menos 3 de los 4 criterios de Amsel. El proceso diagnóstico incluye el examen de secreciones vaginales mediante un examen pélvico y el análisis de muestras en el laboratorio, lo que permite identificar infecciones y confirmar la presencia de vaginosis bacteriana. Se recomienda consultar a un proveedor de atención médica para la evaluación, diagnóstico y tratamiento adecuados. Los criterios son:
- Flujo vaginal fino, homogéneo y grisáceo adherido a las paredes vaginales
- pH vaginal superior a 4.5 (medido con papel indicador)
- Prueba de aminas positiva: Olor a pescado al añadir hidróxido de potasio al 10% a la muestra
- Presencia de células clave: Células epiteliales cubiertas de bacterias, visibles en al menos el 20% de los campos microscópicos
La presencia de células clave es el componente más sensible de los criterios de Amsel.
Tratamientos actualizados para vaginosis bacteriana
Antibióticos de primera línea
Los antibióticos siguen siendo el tratamiento estándar, siendo el metronidazol y la clindamicina las opciones más efectivas. Estos medicamentos pueden administrarse por vía oral o como gel/crema vaginal, con tasas de curación a corto plazo del 70-80%.
Manejo de la vaginosis bacteriana recurrente
Para casos con tres o más episodios en un año (15-30% de las pacientes), se utilizan terapias más prolongadas con geles intravaginales o antibióticos orales durante varios meses. Nueva evidencia sugiere el beneficio del tratamiento de parejas masculinas en parejas monógamas heterosexuales.
Papel de los probióticos en el tratamiento
Los probióticos no reemplazan el tratamiento antibiótico pero pueden ser una estrategia adyuvante efectiva. Todos los estudios concluyen que el uso de probióticos en adición a tratamientos antibióticos convencionales es beneficioso.
Actifemme® Óptima: Una opción respaldada científicamente
Actifemme® Óptima es un complemento alimenticio específicamente formulado para la salud vaginal que contiene 3 mil millones de probióticos con evidencia clínica demostrada. Su fórmula combina tres cepas probióticas cuidadosamente seleccionadas:
- Lacticaseibacillus rhamnosus LRH020
- Bifidobacterium animalis subsp. lactis BL050
- Lactiplantibacillus plantarum PBS067
Junto con vitamina B2 (riboflavina), que contribuye al mantenimiento de las mucosas en condiciones normales.
Beneficios clínicamente demostrados de Actifemme® Óptima
- Inhibe el crecimiento de patógenos urogenitales
- Mejora los síntomas de la vaginosis bacteriana y actúa como coadyuvante al tratamiento antibiótico
- Reduce la tasa de recurrencias y restaura la microbiota vaginal
- Favorece la colonización tanto vaginal como gastrointestinal
- Reestablece el pH vaginal en su rango natural
- Actividad antiinflamatoria que reduce el malestar
Características destacadas
Actifemme® Óptima es apto para niñas a partir de 3 años, embarazadas y compatible con la lactancia. Es vegano, sin gluten y sin lactosa, además de ser compatible con la toma de antibióticos, lo que lo convierte en una opción segura y versátil para diferentes situaciones clínicas.
La vía oral es más efectiva debido a mejor adherencia al tratamiento. Los probióticos administrados oralmente llegan tanto al tracto intestinal como vaginal, estableciendo una colonización más estable y duradera.
Vaginosis bacteriana y embarazo: Implicaciones críticas
Durante el embarazo, la vaginosis bacteriana aumenta significativamente el riesgo de complicaciones severas:
Riesgos maternos
- Parto prematuro: Riesgo duplicado
- Rotura prematura de membranas: Las bacterias producen metaloproteasas que debilitan las membranas
- Aborto tardío: Riesgo aumentado 6.32 veces
- Infecciones postparto: Endometritis y sepsis
Riesgos fetales y neonatales
- Bajo peso al nacer: Menos de 2.5 kg
- Prematuridad: Especialmente en embarazos de alto riesgo
- Infecciones neonatales: Neumonía, conjuntivitis y sepsis
Tratamiento en el embarazo
- Preferencia por tratamientos tópicos para minimizar exposición sistémica
- Los antibióticos son seguros para el feto cuando están indicados
- Cribado recomendado en mujeres con antecedentes de parto prematuro
Prevención efectiva de la vaginosis bacteriana
Medidas de higiene fundamentales
- Evitar duchas vaginales completamente: La vagina se autolimpia naturalmente
- Usar solo agua tibia y jabón suave sin perfume para lavar el área genital
- Limpiarse de adelante hacia atrás después de usar el baño
- Evitar productos perfumados: Tampones, toallas sanitarias, jabones con fragancias
Prácticas sexuales seguras
- Usar preservativos consistentemente
- Limitar el número de parejas sexuales
- Limpiar juguetes sexuales entre usos
- Evitar sexo anal seguido de vaginal sin cambiar protección
Factores del estilo de vida
- Usar ropa interior de algodón transpirable
- Cambiar ropa húmeda o sudada rápidamente
- Mantener una dieta equilibrada rica en betaína
- Gestionar el estrés que puede afectar el sistema inmunológico
Avances en investigación 2024-2025
Nuevos enfoques terapéuticos
Ácido oleico: Investigaciones de 2024 sugieren que puede inhibir el crecimiento de bacterias dañinas y promover especies beneficiosas.
Bacteriófagos y bacteriocinas: Nuevos tratamientos destinados a estabilizar el microbioma vaginal están en desarrollo.
Medicina personalizada
Los estudios de microbioma están revelando cinco tipos distintos de comunidades microbianas vaginales, lo que podría llevar a tratamientos personalizados basados en el perfil microbiológico individual.
Cuándo consultar al profesional de salud
Es importante buscar atención médica si experimentas:
- Flujo vaginal con olor fuerte persistente
- Cambios en el color o consistencia del flujo
- Síntomas recurrentes (más de 3 episodios por año)
- Dolor pélvico o fiebre durante el tratamiento
- Síntomas durante el embarazo
- Si los síntomas persisten o se repiten, considera realizarte pruebas de infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH.
Perspectivas futuras
La comprensión de la vaginosis bacteriana está evolucionando rápidamente. Las investigaciones de 2024-2025 están cambiando paradigmas sobre su transmisión, tratamiento y prevención. El enfoque futuro se centra en:
- Terapias dirigidas al biofilm para mejorar la eficacia del tratamiento
- Probióticos específicos diseñados según el perfil microbiómico individual
- Tratamiento de parejas como estrategia rutinaria en casos recurrentes
- Medicina de precisión basada en análisis del microbioma vaginal
La vaginosis bacteriana, aunque habitual, merece algo más que un simple tratamiento eventual. Requiere un enfoque completo: terapia médica adecuada, prevención inteligente y, cuando aplica, una gestión conjunta con la pareja sexual. La buena noticia es que los avances actuales en investigación y tratamiento están abriendo paso a un manejo más efectivo, más preciso y más adaptado a cada mujer.
En resumen: la ciencia avanza, y con ella, tu bienestar íntimo también.